Arregla tú el marrón que yo me voy

El Rey Juan Carlos ha abdicado, buena noticia, en varios artículos anteriores de este blog le he reclamado al Rey que tomara una decisión de este tipo ante la deriva que estaban tomando tanto sus acontecimientos personales como los familiares. No voy a juzgar la forma de hacerlo, aunque yo creo que lo podría haber hecho mejor, con un poco más de tiempo y sin precipitar las cosas de la forma que lo ha hecho. Se precipitan los acontecimientos puesto que de haber informado antes al gobierno estos lo tendrían todo preparado y está claro que no es así.

Se va Juan Carlos y le deja a su heredero, Felipe, una España en mucho peores condiciones de las que Juan Carlos se encontró tanto a nivel económico, como social, como político. Y no digamos ya a nivel de la unidad de España, muchos hablan que el Rey era la persona que garantizaba la unidad de España, pues bien, a mi me parece todo lo contrario, me parece que en estos últimos años el Rey no ha hecho absolutamente nada para garantizar la unidad de España, es más, creo que ha hecho más bien bastante poco en lo que a sus obligaciones de Rey se refiere.

Ahora llega Felipe y se va a encontrar que además de todos los problemas que he citado antes, la monarquía, como institución, se encuentra a la altura del betún. En gran parte gracias a su hermana Cristina y a su cuñado Iñaki y en otra gran parte a su propio padre. El ex soberano le deja a su heredero un soberano marrón, mucho es el trabajo que le queda por hacer y esperemos que lo haga bien por su propio bien y el de todos los españoles.

No puedo dejar de mencionar la actitud de los partidos de izquierda, en especial los comunistas y extrema izquierda, que ante la abdicación del Rey les ha faltado tiempo para movilizar a la masa para pedir la república. Me pregunto que es exactamente lo que se les pasa a esta gente por la cabeza. Me pregunto que clase de prioridades tendrán, si tienen alguna que no sea sacar beneficio propio aprovechando cualquier circunstancia que ocurra en nuestro país. El momento por el que atraviesa España en todos los sentidos es desastroso y no creo que la solución sea pasar ahora de una monarquía a una república, y menos a una república socialista como ayer leí y oí decir a muchos descerebrados.

La solución para España no pasa por volverlo todo del revés en cinco minutos y ellos, los comunistas, lo saben perfectamente. Se pasan el día demostrando que España no les importa absolutamente nada y que viven en un egoísmo constante en el que lo único que les importa es lo suyo y ellos mismos. Yo creo en la República, desde luego no en la República que esta gente tiene metida en la cabeza que no es otra que la Segunda República española. Pero lo que más tengo presente es que España está atravesando unos problemas gravísimos y que no es el momento para hacer ese tipo de planteamientos, y mucho menos los planteamientos de esta izquierda descerebrada que padecemos.