La historia no son historias

De Arturo Mas como presidente de la Generalidad catalana sólo se podrá decir algo en el futuro: arruinó su comunidad autónoma en todos los sentidos, económico, social, político y ahora también cultural. Y ese último aspecto, el cultural, el más grave de todos y el más difícil de recuperar en un futuro, si ese aspecto no se cuida el resto no irá nunca bien, ni el político, ni el económico.

Se han empeñado los partidos nacionalistas e independentistas catalanes en cumplir sus objetivos caiga quien caiga y sea como sea. Para ello, para sumar voluntades y eliminar voces discrepantes se plantea modificar la voluntad y el aprendizaje del individuo desde niño, de toda esa reeducación estamos pagando hoy las consecuencias ahora que esos niños ya son adultos. Hay un seguimiento casi sectario de las teorías de sus líderes y de las personas encargadas de liderar el proceso y hay, sobre todo, una defensa a ultranza de ellos con argumentos uniformes que cambian sólo en la forma de expresarlos, en función del individuo, pero no en el fondo, el fondo es siempre el mismo.

Hay una teoría de base, el famoso España nos roba, a partir de ahí hay que atacar la idea de España desde todos los flancos. El económico, España es lo que es gracias a Cataluña, osea que un país de cincuenta millones de habitantes va bien en función a una comunidad de siete millones. Curioso que "España nos robe" mientras Cataluña es, junto Andalucía, una de las comunidades con mayor corrupción política, y que ha salpicado incluso al ex-presidente Pujol y a toda su familia. Digo salpicar por expresarlo de alguna forma, pero las cifras de las que se hablan indican que eso no es salpicar si no que la corrupción es Pujol.

Desde el punto de vista político, España tiene una terrible corrupción política y es por culpa de España que Cataluña ha sido salpicada. Cataluña lleva siendo gobernada desde que reinaba Carolo por CIU en general y por la familia Pujol en particular, famoso fue el comentario de Maragall del 3% de comisiones de CIU, o superior. Nadie ha hecho nada, ni el gobierno central ni, por supuesto, el autonómico. Ahora la cosa está como está, con una comunidad autónoma en la ruina cuyos habitantes y políticos subsisten con su mentalidad paleta de "todo es culpa de los de fuera".

Desde el punto de vista cultural, ya hay muchos catalanes que no saben ni expresarse ni escribir en español. Parece que eso para muchos es un logro, hay que ser imbéciles, teniendo la gran suerte de ser bilingües renuncian a uno de sus idiomas por un simple motivo de manipulación política y como arma arrojadiza; lo más grave de todo es que los propios afectados están encantados y en lugar de pedir cuentas aplauden esto, están aplaudiendo su propia pérdida de cultura con respecto a sus padres y a sus abuelos. Esto si que lo deberían pagar caro los responsables políticos, la pérdida en el aspecto económico o político se puede recuperar, pero la cultural es casi imposible recuperarla, le afecta al individuo de por vida.

Ahora se está desarrollando un congreso en Tarragona para desmontar la historia. Colón era catalán, Teresa de Ávila también, el autor del Lazarillo de Tormes (obra anónima) también, e incluso se busca el origen catalán de Leonardo Da Vinci, que no Di Caprio.

Da pena ver la Cataluña de ahora los que tanto hemos viajado a esa Barcelona cosmopolita de finales de los 80 y principios de los 90. Hay muchos culpables, los primeros los políticos y el propio gobierno español, pero después los propios afectados por dejar que hicieran eso con sus hijos sin luchar contra ello. Si alguien intentara hacer de mi hijo un inculto y un arma arrojadiza política lucharía contra ello y no me quedaría tan tranquilo viéndolo. Me imagino que muchos habrán luchado, pero desde luego, lo que vemos desde fuera son las consecuencias de los que perdieron aquella batalla.