No es más que una tomadura de pelo

Quizás yo vea las cosas desde un prisma completamente equivocado. Quizás sea también que las circunstancias que giran alrededor de mi propia vida me hayan convertido, con el paso del tiempo, en un descreído de todo. Pero hay algo que para mi está clarísimo, los resultados de las enésimas elecciones generales están dejando en evidencia que quienes se presentan no son más que vulgares caraduras, abraza-sillones y jetas de tres al cuarto que en una empresa privada no tendrían nivel ni para limpiar los retretes.

Aquí nadie da su brazo a torcer, ni los unos ni los otros. Los unos porque han ganado, de forma insuficiente. Los otros porque no quieren ver que van cuesta abajo y sin frenos. Los de más allá porque cada vez su resultados son peores y los de la coleta porque cada vez queda más en evidencia que su sonrisa y sus monsergas son un poco más de lo mismo. 

Buscan sillones, buscan puestos, buscan sueldos vitalicios y jubilaciones doradas. Buscan resolver sus vidas y los de los suyos y, para conseguirlo, harán lo que sea; caiga quien caiga. Nos venden todas sus aberraciones con discursos más o menos efectistas y seleccionando un lenguaje, para conseguirlo, cada vez más ridículo. La sonrisa, el pueblo, los pactos, la democracia, los españoles han decidido...mandangas que quizás convenzan a algunos, a mi no.

Pero me da igual quien sea. El cargo político es un funcionariado para el cual no hace falta aprobar unas oposiciones. Sólo es necesario ser muy amigo, o muy pelota, de quien decide las listas y en qué puesto de esas listas consigue entrar cada uno. Es como una lotería para la que sólo hace falta tener una gran capacidad de peloteo y de asumir un indigno, aunque rentable, puesto de gregario absoluto.

Mientras tanto los que pagan, todos nosotros, asistimos anonadados a esa disputa en la que, algunos, toman incluso partido de una forma combativa por unos o por otros, esos son los peores porque encima no se van a llevar nada. Yo asisto a todo este espectáculo perplejo, sobre todo ante los combativos seguidores. Eso me recuerda mucho a los forofos del fútbol que sufren las lesiones, "cansancio" o "depresiones" de sus ídolos, quienes cada año ganan no menos de diez millones de euros. EL famoso #TodosSomosMessi es un claro ejemplo de a donde quiero llegar.

El nivel político es ínfimo, pero es incluso superior al de una sociedad que definitivamente no tiene más de lo que se merece. Gente que presume de su incultura y que hace incluso apología de ella. Gente a la que se convence que un camino determinado es ir en contra de algo, sólo para que quien la pastoree se consiga subir al carro de ese algo que dice detestar. 

Sacan sus banderas partidistas y sus carnets de tal o cual partido sin darse cuenta de que todos están siendo utilizados. Si, utilizados por personas que dicen ser algo que no son, ofrecen algo que no van a dar y dicen defender a gente por la que nunca harían nada, porque sólo se mueven para ayudarse a sí mismos. Esto es una tomadura de pelo y participar de una u otra forma apoyando a quien sea nos convierte en cómplices. En cómplices y además víctimas, que es incluso peor.