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No hables en mi nombre Pedro Sánchez, yo no soy tu gente

Una de las cosas que más me ha llamado la atención después del resultado electoral del 20 de Diciembre es la ambición desmedida de Pedro Sánchez (el "ser malos") y señora (la "nos vemos en la Moncloa"). Hoy alguien me ha comentado por Twitter que la ambición en un político es lógica, se le supone, como el valor en la mili. Eso es cierto y muy correcto, pero una cosa es la ambición, la ambición sana y de crecimiento personal que tenemos cualquiera, y otra la ambición desmedida y enfermiza. Esta última es la que tiene Sánchez, y señora.

Para camuflar esa ambición desmedida el gran Sánchez tira un poco de retórica, un tanto más de mentiras, un pelín más de populismo y demagogia y un muchísimo más en hablar de "la gente" y "en nombre de no se que gente". La gente, que debemos ser nosotros, podemos hablar o no hacerlo. La gente podemos decir o no decir, escribir o no escribir, pero a "la gente" no nos gusta que se nos utilice. 

Tú, querido baloncestista, no has recibido mensaje alguno de "la gente" para hacer ningún invento de lo que tú llamas "gobierno progresista".  A tí, querido "alto", el único mensaje que te ha enviado la gente es uno que está claro que ni has escuchado, ni quieres escuchar y con el que te has hecho el sueco, pero sueco del mismo Estocolmo. La "gente" el mensaje que te ha enviado es para que te vayas a tu casa, no a la Moncloa, a la tuya propia. 

Tiene un afán el ínclito Sánchez de re-interpretar las cosas como mejor le cuadren a él, a pesar que el resto de la humanidad las vea de otra forma. Se da un castañazo en las elecciones catalanas y el resultado es espectacular. Se lo da en las municipales y, como pacta hasta con el diablo, habla de mandato de las urnas para que haya gobierno progresistas y, sobre todo, echar al PP. Con las generales, y 90 diputados, él se lo guisa y él se lo come para estar (o aparentar estar) más feliz que una perdiz.

Cada uno es muy libre de utilizar los métodos de auto-ayuda que mejor le funcionen, querido Sánchez, pero a mi no me utilices majetón. Yo no soy tu gente, yo no te he encargado que gobiernes con nadie y que te juntes con nadie para echar a nadie, ni yo ni la mayoría. Vete aprendiendo a expresarte de forma que no parezca que hablas en mi nombre porque eres ya cansino. Tu gestión al frente de tu partido es un desastre. Si gobiernas es sin ningún merecimiento y por pactos anti-natura que poco te importan con tal de conseguir tus fines. Eres un pesado Pedro Sánchez, pero un pesado que no tiene dignidad alguna. 

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