Le absolví porque era mío
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Pepiño
Muchas veces nos preguntamos cómo es posible que una persona que, en teoría, tiene la vida resuelta puede tener interés alguno en hacer carrera política. Para muchos de nosotros ese ansia de poder no tendría sentido si no fuera por dar un servicio público, por servir y ayudar a sus conciudadanos. Esta es la teoría, la práctica en España es bien distinta el primer servicio que presta un político en nuestro país es a sus amigos y familiares.
Esto ha ocurrido en el caso del ex-ministro socialista José Blanco, ha sido acusado de mediar entre una empresa, propiedad de un íntimo amigo y el alcalde de un ayuntamiento para que éste le autorizara la apertura de un almacén para ampliar su negocio por esa zona. El supremo ha archivado el caso de José Blanco reconociendo probada la mediación del ministro con el alcalde en favor del íntimo amigo del primero.
Está claro que la victoria en elecciones generales en España representa la obtención de un poder prácticamente absoluto, el ejecutivo, legislativo y judicial. Lo primero que hace un partido cuando gana unas elecciones es intentar colocar en los más altos estamentos judiciales de nuestro país a amigos y gente afín a su partido político. Estos jueces, nombrados a dedo, una vez ocupan su puesto y se encuentran en el banquillo con un compañero de partido reinterpretan las leyes para que el caso sea olvidado incluso de la forma más descarada posible.
Aunque es bien cierto que José Blanco no pertenece al partido político que gobierna en España, el PP, los muchos años de gobiernos de su partido, el PSOE, hacen que dentro del estamento judicial todavía tenga bastantes palos donde agarrarse y esta sentencia demuestra que así ha sido.
Son muchos los casos de corrupción política que ha habido en España a lo largo de la democracia y muy pocos en los que responsables políticos han pagado sus delitos con alguna pena de prisión. En la mayoría de ellos la justicia ayuda a que sean olvidados y en otros muchos las extrañas sentencias que dictan los jueces afines. Si algún delito político es tan descarado que es inevitable una sentencia inculpatoria esta sentencia casi siempre es dictada contra el político de menor rango, como se diría vulgarmente contra el último mono.
Da pena este país en teoría tan democrático, los escándalos políticos son prácticamente diarios y la justicia, en la inmensa mayoría de ellos, brilla por su ausencia. Se habla mucho últimamente de pactos entre los dos grandes partidos del país, pero poco a poco nos vamos dando cuenta en que consisten esos pactos. Los pactos entre PP y PSOE no son para sacar a España del agujero simplemente son para tapar sus propios agujeros.
Estoy de acuerdo contigo. Los políticos españoles se dedican a ayudar a sus amigos en vez de ayudar a todos los ciudadanos.
ResponderEliminarHablan de pactos contra la corrupción pero no plantean eliminar a corruptos de sus listas, ni siquiera dotar a la justicia de la independencia y medios necesarios para perseguir la corrupción.
En la actualidad española la injusticia va sobre ruedas http://wp.me/p2fW1E-ji