¿Cuál es el sentido de la vida?

Y el tiempo pasa, parece que vivir es dejar que pase el tiempo.©Fotografía: @jsobrevive

Nos hemos hecho amigos mi pescadero y yo, él no espera en su tienda a que vaya la gente a comprar, reparte por muchas zonas y una de ellas es justo delante de la casa a la que me he trasladado recientemente. Yo procuro ser una persona sociable y aunque hay veces que no me apetece nada hablar con nadie doy el pego, caigo simpático porque suelo hablar con casi todo el mundo. Nos hemos contado ya cosas personales, pero no recuerdo su nombre, es igual. Hoy me ha contado cosas de sus hijos y me ha hablado de donde se han tenido que ir para conseguir trabajo. Uno de ellos, médico de 29 años, me contó su especialidad pero no la recuerdo, ha tenido que emigrar a Ecuador para conseguir trabajar. Me admira la valentía de mucha gente joven que deciden moverse hacia donde está el trabajo, en lugar de esperar a que esté venga a buscarle a su casa mientras juega con la PS4; así se lo dije a él. "Me parece perfecto y de una gran valentía que tu hijo haya hecho eso, digno de admirar y sobre todo muy valiente". Su respuesta me dejó cortado: "Si, muy valiente, pero estar a 10.000 Kms. de tu casa y de tu familia es duro para él y duro para nosotros, no es nada fácil".

Ahí es cuando me di cuenta de lo fácil que es asimilar las circunstancias de los hijos de los demás y lo difíciles que sería asimilar esas mismas circunstancias en mis hijos. Yo quiero, como es lógico, que a mis hijos les vaya muy bien en la vida, que trabajen y que sean independientes lo antes posible; ¿y si para conseguir eso tienen que irse a 10.000 kms., como me lo tomaría yo como padre? ¿Que podría más, la tranquilidad de que mis hijos tuvieran un trabajo o el desasosiego de tenerlos tan lejos? Eso me ha hecho plantearme durante el día de hoy cuál es el sentido de la vida. ¿Qué sentido tiene conseguir un buen trabajo si eso significa alejarte de tu familia, de tus amigos, de tu pareja y de tu casa? ¿Cual es el fin principal de nuestra vida?

Para mi está claro, el fin principal de nuestra vida es sobrevivir, dejar que pasen el mayor número de días posible antes de que llegue el fin aun sacrificando la vida que quieres y a todos los que hasta ese momento han sido parte fundamental de tu vida. Evidentemente un hijo que se va lejos seguirá manteniendo el contacto, nos veremos por videoconferencia a través de Skype y es probable que hablemos todos los días. También es probable que una o dos veces al año nos viéramos por un total de cuanto, ¿de un mes? Pero se acabaría el contacto físico, la comida de los domingos y una serie de cosas que forman ya parte de nuestro propio ser y que nos lo da nuestro lugar de nacimiento, nuestra familia y el entorno en el que crecemos.

Es evidente, en esta vida se puede prescindir de todo o de todos en función a lo que te obligue tu propia supervivencia. Y todo esto ocurre en un país como el nuestro con unas circunstancias más o menos normales, pero escuchar la forma en que se tienen que ir las personas de otros países en los que corre peligro su propia vida provoca que se te hiele hasta la sangre.

De todo se puede prescindir por trabajo, por dinero y por sobrevivir. Cuando mi hijo mayor era un bebé le tuvimos que dejar en casa su madre y yo sólo con una cuidadora cuando tenía menos de un mes porque los dos teníamos que trabajar. Recuerdo que su abuelo dijo: "Te compras un coche nuevo y no se lo dejas a nadie, tienes un bebé recién nacido y lo dejas a cargo de una desconocida porque es más importante ir a trabajar". Esa frase no se me olvidará nunca, muchas veces pienso que el sentido de la vida es un absoluto sinsentido.