El pro-etarra rompe la Constitución de la que cobra

El bicho Cuadra hablando

La verdad es que llevamos una legislatura completa aguantando a independentistas y amigos de asesinos en el Congreso de los Diputados y ya no debería sorprendernos nada. Pero la cuestión es que de cerebros llenos de mierda te puedes encontrar cualquier, no sorpresa, te puedes esperar cualquier cosa que a un cerebro normal ni siquiera se le ocurriría.

Resulta que gracias al de siempre, al indecente de Zapatero, este asqueroso partido amigo de asesinos fue legalizado en su momento. El hablar con quien no se debe y prometer lo que tampoco se debe tiene estas cosas y un presidente traidor, egoísta y tonto como el que tuvimos hacía lo que fuera con tal de traicionar lo máximo posible a todos los españoles. Tener ahora en el Congreso a un asqueroso como Cuadra tiene un culpable y un responsable principal y ese no es otro que, una vez más, Jose Luis Rodriguez Zapatero.

Primero les legalizó, pero después fue llevando esa traición hasta límites insospechados, hasta el límite de ponerles a sueldo de todos los españoles. Esto es, sus víctimas y los odiados les tenemos que pagar sus sueldo todos los meses, así con un par y sin despeinarse ninguno de los responsables de esto; ni los responsables de que estén ahí cobrando, ni los que cobran, sin que se les caiga la cara de vergüenza, de aquellos a los que han intentado matar y de los que han aplaudido demasiadas muertes.

En estos días el tal Cuadra se ha subido a vociferar, que no hablar, al estrado del Congreso de los Diputados y en uno de sus arrebatos violentos y descerebrados ha roto la Constitución, esa que le da de comer todos los meses. Siendo eso feo y asqueroso no ha sido lo peor del acto, lo peor del acto ha sido la actitud del Presidente del Congreso, Jesús Posada, que no ha dicho: "esta boca es mía". Posada demuestra, una vez más, que estamos rodeados o de tontos o de traidores y que él está sólo para sopitas y buen vino. Asco de gentuza que a pesar de los deseos de muchos seguro que seguiremos viendo en el Congreso tomándonos el pelo, y nuestro dinero.