Los acosadores siempre atacan a los que saben que no se van a defender nunca

Se está dando una paradoja muy curiosa en las diversas manifestaciones, o políticas o reivindicativas, que se están produciendo en los últimos tiempos, el ataque y la falta de respeto a otros colectivos, sobre todo al católico, al religioso. ¿Y por qué? Pues porque esos colectivos que tanto reivindican son ante todo irrespetuosos con aquellos a los que piden respeto, el cual tienen de antemano de sus atacados, y cobardes.


Y son cobardes porque ese tipo de ataques los realizan contra los católicos, de los cuales solo tienen respeto, y no lo realizan, por ejemplo, contra los islamistas, de los cuales solo tiene ejecuciones públicas. ¿Y por qué no atacan a los islamistas? Pues porque les tienen miedo, porque esos sí que se defienden y tienen la norma del "ojo por ojo", no les atacan por pura cobardía.

Es muy fácil dar collejas al niño de clase que sabes que nunca se va a defender o porque está solo, o porque está atemorizado o porque, simplemente, es una persona pacífica y con una paciencia casi infinita. Ojo, y digo "casi infinita", porque la paciencia nunca es infinita y cuando esa paciencia se acaba es cuando el acosador acaba demostrando que su principal característica es la cobardía. Lo difícil es dar collejas al niño que a las primeras de cambio te devuelve un guantazo más grande que el recibido.


Yo sugiero a estos colectivos tan "valientes", tan "reivindicativos" y tan defensores con todos los que son como ellos que sus próximas reivindicaciones las realicen, yo que sé, por ejemplo en La Meca en plena peregrinación. Que salgan allí con sus trajes de cuero enseñando el culo y que froten sus partes contra la pierna de algún anciano transeúnte que pase por allí y que este realizando su peregrinación religiosa anual. Seguramente no quede tan valiente como cuando lo hacen por aquí, pero estoy seguro que nos vamos a reír mucho con las "cariñosas" reacciones que van a recibir a cambio.