Planes de pago o como hacer la la ley haciendo la trampa

Los desafortunados que llevamos sufriendo esta crisis desde el primer día sabemos que, al contrario de lo que piensa mucha gente, ésta empezó ya a fraguarse en el año 2007. Los que escuchábamos, leíamos y veíamos medios de comunicación alternativos a los cercanos al régimen Zapateril que gobernaba en aquellos tiempos, nos dábamos cuenta que el problema que se divisaba en un futuro no tan lejano era muy preocupante. Los medios afines al régimen se ocupaban continuamente de engañarnos en cuanto a la bonanza económica y las bondades del entonces Presidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero.

Pero si además de todo esto tenías la desgracia, como era mi caso, de ser empresario y ver como día a día, y de forma espectacular, subían tus gastos y bajaban tus ventas no sólo tenías preocupación si no que te invadía el pesimismo.

Recuerdo que en aquellos tiempos el estado tenía que hacerme una devolución de IVA espectacular, para lo que eran los volúmenes de mi negocio, pero esa devolución se retrasó, tras ser aprobada, unos dos años aproximadamente. Este retraso generó un ahogo financiero en mi empresa que provocó el cierre definitivo acabando con 5 personas en la calle.

En las últimas semanas leo, con sorpresa, que el Estado va a iniciar un nuevo plan de pago a proveedores, ese mismo Estado que cuando se trata de legislar obliga a un plazo de pago de facturas nunca superior a 30 días. Pues bien, el Gobierno reconoce que hay facturas pendientes de pago a proveedores que todavía están emitidas en pesetas. Creo que fue el 1 de Enero de 2002, si no me falla la memoria, el año que entró en vigor el euro, con lo que hay facturas con unos retrasos de pago superiores a los once años.

El ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, lejos de pedir perdón, como debería, pone una serie de normas para los proveedores que quieran acogerse al plan de pago, entre las que incluye una fantástica: el proveedor deberá renunciar a los intereses de demora de sus facturas para que estas sean abonadas con más rapidez. Por supuesto tras una serie de pasos burocráticos, que serán farragosos, y que deberá llevarlos a cabo el pobre empresario que quiera cobrar.

Cualquier empresario, autónomo o ciudadano normal que no pueda pagar sus obligaciones, sobre todo si son con el Estado, es obligado a abonar unos intereses de demora impresionantes, si, después de un tiempo, no puede realizar esos pagos, pasa a engrosar unos listados de morosos por los que es anulado administrativamente y es imposible para esa persona tan siquiera el poder tener un teléfono móvil.

Señor Montoro, señores del Gobierno, señores de las Autonomías, Ayuntamientos, Diputaciones y demás casta corrupta, tabla rasa para todos, o todos o ninguno. Si los ciudadanos no estamos por encima de la ley, ustedes tampoco y si ustedes lo están, nosotros también.