Carta abierta a un etarra excarcelado

Hola sinvergüenza,

Has salido de la cárcel hace poco pagando un bajo precio por todos los asesinatos y tropelías que cometiste, no sabes como me entristece eso. Espero al menos que los poquitos años con los que no has llegado a pagar ni la mitad de las atrocidades que cometiste hayan sido realmente asquerosos. Espero que tu putrefacto cerebro, si lo tienes, haya dado alguna vuelta y te haya hecho recordar y que se te hayan quedado grabados a fuego los cuerpos mutilados y las familias destrozadas que has dejado tras de ti.

Lo espero, pero realmente pienso que eso es algo que nunca se te ha pasado por la cabeza. Hay que ser un pedazo de mierda de lo más asquerosamente imaginable para matar a hombres, mujeres, niños, ancianos, embarazadas, por un supuesto ideal político y nacionalista. Menudo gudari, menudo valiente, menudo soldado, dejas la bomba debajo del asiento y la haces estallar cuando estas a kilómetros de distancia, te acercas a la victima y le pegas un tiro por la espalda, eres la valentía en persona, eres el Rambo vasco, el Clint Eastwood euskaldun, eres una basura putrefacta, vaya.

Que asco verte salir de la cárcel con esa cara de mamarracho y ver como te encogías cuando te encontrabas a cualquier víctima a las puertas de prisión, como apartabas la vista, ¿ehh valiente? No eras ni capaz de mirarlas a los ojos, tu lanzas la piedra y escondes la mano, bueno, lanzas la goma 2 a kilómetros de distancia y te escondes en un zulo como las ratas.

Menudos gudaris, menudos soldados de pacotilla, como pedíais protección a los funcionarios de prisiones cuando se te acercaba algún preso común y te amenazaba, ¿se te mojaban los pantalones? Por la espalda es fácil, atacar a uno acompañado de cincuenta es sencillo, te escondes, lanzas la bomba y pio, pio, que yo no he sido.

Que grande debe ser para ti verte en uno de esos carteles que ponen en las fachadas de vascongadas y que dicen aquello de "euskal presoak", como te pone, ¿ehh campeón? Es tu momento ahora que te acompañan tus colegas de herriko taberna pero, ¿sabes una cosa? La mierda cuando se rodea de mierda no es más que mucha mierda junta.

Pero ahora te va a resultar todo más difícil, en la cárcel tenías tu aislamiento, tenías tu mundo y tenías tu protección. En la calle, querido gudari, no eres más que una mierda pestilente y yo, y mucha gente como yo nos vamos a ocupar de recordártelo de vez en cuando. Procura rodearte el máximo tiempo posible de esa escoria lame culos de la que tanto te gusta rodearte, procura rodearte de ellos, procura aprovechar tu minuto de gloria, pronto se habrán olvidado de tí, ya no querrán seguir invitándote a chiquitos, es lo que tiene la amistad fingida. Eras admirado cuando estabas en la cárcel, pero ahora no serás más que uno más.

Mientras tanto que no se te olvide, que se te meta bien en la cabeza, que te de vueltas por ese cerebro enfermo que tienes. Somos más los que pensamos que eres simplemente un asesino bastardo, cobarde e hijo de puta, que un héroe. Procura leer lo que se dice de ti sanguijuela, es probable que si te queda un mínimo de decencia entre todos te consigamos aislar y acabes sumido en la más profunda de las depresiones, en el abandono y el olvido más absoluto.

Que lo sepas, cobarde asqueroso, eres una mierda y el cerebro podrido que tienes pronto infectará el resto de cuerpo y no serás más que cuerpo con patas, andante y mal oliente.