Lo siento, yo no quiero televisiones públicas.
Cuando en una familia no hay dinero se tienen que recortar muchos gastos superfluos, quizás no totalmente innecesarios, pero si gastos sin los cuales se puede vivir perfectamente. Sería absurdo que una familia pasando por un problema económico grave se fuera a esquiar en invierno a Colorado si después tiene problemas económicos para llenar la nevera, o para comprar libros a sus hijos, o para pagar la luz.
Esto que, en principio, parece tan obvio y que haríamos todos en situaciones extremas dentro de nuestras casas parece que no lo entiende nuestra casta política. Las noticias económicas, a pesar de lo que se nos esté vendiendo desde el gobierno, siguen siendo pésimas, pero, nuestros políticos lejos de darse cuenta y recortar en sus gastos superfluos prefieren recortar en gastos más importantes y en lo tocante al propio funcionamiento del Estado no quieren recortar nada, su recorte es cero.
Hay tres noticias que dejan bien patente este tipo de gastos que los distintos gobiernos que nos acribillan en España se niegan a reducir.
- El Gobierno Central gastó en asesores de todos los ministerios 28 millones de € en los primeros nueve meses del año, esto es un incremento del gasto de un 8%.
- Cataluña gastará con los nuevos presupuestos 2000 millones de € más que al comienzo de la crisis y eso lo solucionará imponiendo 30 nuevas tasas a los ciudadanos catalanes.
- La justicia anula el ERE en la Televisión Pública Valenciana y eso le supondría a la Comunidad Valencia un gasto extra de 100 millones de € en esta televisión, que se acumularía a una deuda de más de 1000 millones que ya tiene, lo que supone el cierre inmediato de Canal 9.
Es increíble que esté habiendo recortes en Sanidad, en educación, en infraestructuras y que estos gastos, superfluos, sigan creciendo. Pero lo peor de todo son ciertas protestas que la supresión de alguno de estos servicios, innecesarios supone. Hoy ya nos hemos levantado con unas protestas encendidas por parte de trabajadores y un gran sector de la izquierda por el cierre de la Televisión Valenciana. Es increíble que estos mismos que protestan, no los trabajadores que es comprensible, si no la izquierda que protesta no hubiera pedido antes su cierre con esa descomunal deuda de 1000 millones de €. Si no quieren que esa televisión se cierre que formen una especie de cooperativa los empleados pero que no me obliguen a mi a poner dinero para que ellos mantengan un trabajo ficticio.
A mi siempre me da pena que un trabajador pierda su empleo, sea el que sea, pero yo siempre he trabajado en el sector privado, he sido autónomo y he tenido que cerrar un negocio propio. No he recibido por parte del Estado ninguna ayuda económica, ni una palmadita en la espalda, más bien todo lo contrario. No entiendo que yo ahora tenga que poner parte de mi dinero, de mis impuestos, para mantener una empresa pública innecesaria que pierde cantidades indecentes de dinero, ni siquiera por solidaridad con sus trabajadores.
Casi todas las autonomías de nuestro país tienen televisión autonómica, que yo sepa, no hay ninguna que no sea deficitaria. No se la cantidad indecente de dinero que están perdiendo en total pero me imagino que sea una barbaridad. Yo no necesito una televisión pública ni estatal ni autonómica, no me hace falta, necesito que el Estado no se lleve gran parte de mis ingresos para pagar tonterías y a mi me dejen sin un euro en el bolsillo para pagar mis necesidades básicas y las de los míos.
Lo siento por los empleados que pierden su empleo pero me da la sensación que, como siempre, todos nos acordamos de Santa Barbara cuando truena y estas televisiones llevaban ya mucho tiempo perdiendo dinero sin que nadie hiciera nada, ni siquiera los más interesados.
Entiendo tu malestar porque yo tambien he sido empleado y autónomo; pero, aunque estoy de acuerdo contigo en bastantes cosas, estoy en desacuerdo en una. Las Tv públicas, con menos de 50 Empleados, pueden funcionar (2 Canales), a mi lo que me molesta, aparte de darles dinero, es que se usan como reclamo y adoctrinamiento a los nacionalismos; pero sçi estoy de acuerdo en que, con normas y matices en las normas, las Tv públicas existan. ¡Un saludo!
ResponderEliminarTranscribo el comentario que he publicado en "Desde el caballo de las Tendillas:
ResponderEliminarQuerido Ángel, en una sociedad en la que sobran seis millones de trabajadores; en la que las materias primas están escaseando, y con ello amenazando con reducir todavía más el aparato productivo; y en la que todo desarrollo tiene que venir, por tanto, por el cauce de la cultura, el ocio y el descubrimiento de un nuevo equilibrio social, desmontar un canal de televisión es un claro paso atrás que se aleja de la senda de crecimiento que antes o después tendrá que encontrar la sociedad.
He leído manifestaciones de personas que con toda seriedad justifican este paso apelando al enorme costo que suponen o al uso partidario que se hace de ellas por parte de los caciques instalados en cada comunidad. El verdadero problema parece ser que ni una peluquera puede ganar cerca de tres mil euros mensuales (como he leído en alguna parte), ni el control de un canal de televisión se le puede dar a un político para el que su prioridad absoluta es su propio enriquecimiento, el de sus allegados y el de su partido.
Matar al mensajero nunca ha sido una solución para ningún problema. Visto así, eliminar un canal de televisión y mantener los partidos y la estructura del estado que sufrimos en España, no es ni siquiera un error, es una cobardía.