Rajoy, el imprevisiblemente previsible y viceversa.
Ya se está convirtiendo en algo habitual. Del actual Presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, se puede esperar de todo menos lo que sería previsible. El imprevisible se está convirtiendo en previsible precisamente por eso por lo imprevisible. Cuando un candidato se presenta a la presidencia del gobierno lo hace en función a un programa. Un programa que, en teoría, no son más que compromisos que el candidato adquiere con los ciudadanos. La tendencia política del partido al que representa, la imagen del personaje, el programa electoral y la situación del país en el momento en que se producen las elecciones hacen que todos nos hagamos una idea, más o menos equivocada, de por donde van a ir las decisiones de ese candidato.
Pues bien llega el señor Rajoy y rompe todo los esquemas, hace exactamente todo lo contrario a lo que se esperaba de el. Lo increíble de todo esto es que siempre es justificado por la actuación de un tercero, nunca por ser sencillamente un mentiroso. Parece que el señor Rajoy colmó todas sus expectativas profesionales el día que fue nombrado Presidente del Gobierno y a partir de ahí, todo el tiempo que durara en el cargo se contabilizaría como tiempo extra, un tiempo de regalo a sus ya colmadas expectativas. De lo que no se da cuenta el señor Rajoy es que, detrás de él, arrastra a todo un partido y, lo que es más importante, a un país entero.
Tiene España un serio problema con la situación catalana, el señor Mas, que es el representante del estado en Cataluña, está incumpliendo la ley constantemente, amenazando y chantajeando al resto del país y, ¿que hace Mariano? Pues Mariano, en lugar de hacer lo previsible, que es hacer cumplir la ley, se sienta a negociar con él. Habla de diálogo con un delincuente. Mariano otra vez hace de lo imprevisible lo previsible. Hay dos partidos en la esfera política catalana con los que el señor Rajoy podría contar para que le ayudaran, para hacer de contrapeso con el delincuente Mas y sus colegas independentistas, estos son UPyD y Ciudadanos. Y, ¿que hace Mariano?, lo mismo, de lo previsible lo imprevisible. Ningunea a los que le tienden la mano y se arrodilla ante los que le abofetean continuamente.
La respuesta de Albert Rivera no se ha hecho esperar, portazo a Rajoy y que se busque la vida. A Mariano eso no le preocupa porque piensa que el único que le está dando el portazo es el líder de un pequeño partido en Cataluña. Pues ya va siendo hora, Mariano, que te empieces a preocupar seriamente porque el portazo no solamente te lo ha dado el señor Rivera, ya somos muchos los que tenemos la puerta cerrada y con 12 candados para que tú no nos vuelvas a tomar el pelo. Y, tranquilo Mariano, no vamos a votar a la izquierda, tú sólo estás generando tus propias alternativas, ya te están empezando a adelantar por el centro y por la derecha.
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