La pobreza y la miseria moral.
La desgracia ocurrida en Alcalá de Guadaira nos ha conmocionado a todos. Que en el siglo XXI mueran tres miembros de una misma familia por una intoxicación alimentaria es una desgracia terrible que entristece a cualquier persona. Los primeros rumores que surgieron a raíz de esta noticia indicaban que la familia consumía lo que recogían de las basuras. Los propios familiares de los fallecidos negaban esta noticia ya que indicaron que aunque su situación económica era muy delicada no llegaron al extremo de consumir alimentos del cubo de la basura. Además pidieron respeto para sus familiares fallecidos. Ahora se rumorea que la causa de estos fallecimientos puede haber sido el consumo de comida en mal estado o caducada pero adquirida por ellos en algún establecimiento.
Sea por lo que sea la noticia es una desgracia terrible y una verdadera pena. Pero lo que más llama la atención de todo esto es la reacción de la gente, la reacción de los vecinos y algunos partidos políticos, sindicatos y movimientos sociales. Ante la reacción de los vecinos que rodearon el ayuntamiento de Alcalá de Guadaira sólo puedo decir que quizás la pena y la rabia les lleve a reaccionar así, pero me pregunto por qué no ayudaron a sus vecinos en vida. Alcalá de Guadaira no es demasiado grande y en una localidad de ese tamaño prácticamente todo el mundo se conoce. ¿Cuantos vecinos se acercaron a la puerta de esa familia a preguntarles si necesitaban algo? No lo se, pero seguramente quien si lo hizo estaba tan consternado que no fue capaz ni de ir a protestar a las puertas del ayuntamiento.
Después está la miseria moral, la bajeza y el intentar aprovechar cualquier oportunidad sea la que sea. Después está la gente como el movimiento 15M, Izquierda Unida o el Sindicato Andaluz de Trabajadores. Pero esta gente, ¿tiene un mínimo de decencia moral?, ¿tiene un mínimo de respeto ante los fallecidos?, ¿que buscan ahora? Esta gente está todo el día tocándose la barriga, viendo la desgracia a su alrededor sin hacer nada, pero nada de nada. Izquierda Unida sostiene a un gobierno, como el andaluz, hundido hasta el cuello en casos de corrupción, que ha robado a los andaluces durante décadas y ahora que sucede esta desgracia contra quien van a protestar, ¿contra ellos mismos?
A la gente que sufre la miseria, a los pobres, a la gente que lo está pasando mal hay que ayudarla en vida y protestar y pedir por ellos cuando están vivos. Cuando mueren, y más como ha muerto esta pobre familia, lo que no se puede hacer es organizar concentraciones e intentar sacar rédito político. Es una vergüenza como se aprovecha toda esta gentuza de las desgracias ajenas. Si el ayuntamiento, la Junta de Andalucía o el Gobierno Central fueran los culpables de lo que ha pasado esos políticos o sindicalistas, que tanto protestan, serían igual de culpables puesto que son parte de su engranaje.
El estado en el que se encuentran los ciudadanos de España no lo voy a comentar pues por todos es sabido, o al menos todo el que no viva de espaldas al pueblo como hacen la oligarquía política, financiera de este país.
ResponderEliminarPodemos buscar muchos culpables de esta situación, pero esto no es nuevo, ahora es cuando estamos en la cumbre. Pero no queremos verlo, tanto es que si salieran ahora elecciones volvería a ganarlas el PP. Le podemos echar la culpa a los sindicalistas, a los políticos, además si se hace generalizando. Como ya hablamos en días pasados para mí no es lo mismo Anguita que González, o bien Revilla que Aznar.
Para que todo esto cambie necesitamos a todo el pueblo en la calle, no hace falta pedir desde aquí el político cambie, lo hará cuando nos vean a todos juntos.
Esto no es algo que yo me haya inventado hay esta la historia para ver si me equivoco. En Rusia siempre se pasaba hambre, pero solo cuando la clase media dijo de estar con el pueblo fue cuando cambio todo. Se volvió a empeorar cuando volvieron a dejarle a unos pocos la política. Otro claro ejemplo y más contemporáneo es el de Argentina donde el pueblo hacia sus caceroladas y no cambiaba nada hasta que la clase media dijo de hacer lo mismo desde ese momento se produjo el cambio.