Una cosa es ser pobre y otra parecerlo.
Llegaron hace unos meses a un país en ruinas como la España de la posguerra y nos dijeron que tenían millones de dólares para invertir. Prometieron, en un país donde el paro roza el 30%, generar cientos de miles de puestos de trabajo. Decían apostar por España por sus inmensas posibilidades debido al clima y al turismo. Llegaron unos americanos de la mano de un octogenario de pelo teñido a decirnos que se iban a hacer de oro gracias a nosotros y que a nosotros nos iba a tocar una parte de esa tarta que se iban a llevar.
Cuando llegó el millonario Adelson a España a decirnos que nos quería, que le gustábamos, todos nos pusimos nerviosos como si fuéramos chicos de 15 años. Cualquier empleado suyo daba ruedas de prensa junto al presidente o cualquier consejero de la comunidad de Madrid. Se ponían los políticos sus mejores galas. Parecían una especie de José Isbert en su papel de alcalde de Villar del Rio de la maravillosa película "Bienvenido Mr. Marshall".
Y llegaron los americanos y nos dijeron que efectivamente les gustábamos, pero tratándose de un cariño y un amor interesado ese amor tenía una serie de condiciones. Y pusieron esas condiciones, que en principio parecían un tanto descabelladas, pero es tal nuestra necesidad que los políticos se sentaron a negociar con ellos. Cuanto dinero prometerían traer para conseguir que el gobierno de un país de 48 millones de habitantes se sentara a negociar con ellos.
Las bases de esa negociación eran ya un poco difíciles. Para los americanos era "esto o nada" y para el gobierno era "bueno vamos a ver". Dice un refrán muy español que cuando le das la mano a alguien el otro quiere el brazo. Esto es lo que yo creo que ha pasado con los americanos, que no sólo querían la mano, también querían los dos brazos y la cabeza. Al final, como todos sabemos, las negociaciones se rompieron y los americanos se van con su dinero a otra parte. Igual que en "Bienvenido Mr. Marshall" la caravana pasa por el pueblo, pero pasa de largo y a toda velocidad.
Hay muchas cosas en la naturaleza humana que no me gustan. Quizás una de las que menos me gusten es la tendencia que hay a hacer leña del árbol caído. Esto es lo que debió pensar Sheldon Adelson. España es un país muy atractivo, muy turístico, vamos a aprovecharnos ahora de ellos que están débiles. El gobierno estaba dispuesto a ceder en muchas cosas, pero los americanos yo creo que se pasaron de frenada. Se ha ido una inversión millonaria, se han esfumado cientos de miles de puestos de trabajo. Pero lo peor de todo, siendo todo esto malo, es que haya mucha gente en España que se alegre. Una cosa es estar en desacuerdo con un gobierno que no lo está haciendo bien y otra cosa muy distinta es que se alegren cuando salen mal cosas como estas. Tenemos muchas cosas que aprender del pueblo americano pero una de ellas es que ellos son del partido político que consiga que todos ellos vivan mejor. Aquí somos tontos hasta para eso.
En mi opinión, por un lado están las exigencias, asumibles o no, (en mi opinión si), acerca de las modificaciones de las medidas fiscales y administrativas y por otro, las negociaciones "por detrás" y de las que no nos enteraremos...
ResponderEliminarEntiendo perfectamente las pretensiones de Las Vegas Sands tenían y los motivos que les llevaron a las mismas. Como bien dices, quizás se intentasen aprovechar de la precaria situación por la que nuestro país está pasando, pero viéndolo desde otro punto de vista y como imagino que conoces, realizar una inversión y más aún de este calibre, conlleva un riesgo que cualquier empresa intenta minimizar. Yo personalmente habría hecho lo mismo. Además no creo que a esta empresa, con un proyecto tan atractivo, le falten "novios" en cualquier otro lugar del mundo.
Sabiendo esto la cuestión era: ¿Merecía la pena ceder? Yo sinceramente creo que si. ¿Por qué? Básicamente porque nuestros gobernantes están cambiando las leyes continuamente para su beneficio y ¿por qué cuándo puede beneficiar a más de 250.000 españoles no las cambia? Y no sólo cambiarlas ya que hasta donde yo se, el motivo principal que llevó a Las Vegas Sands a desistir en su intención de instalarse en Madrid, es que el Gobierno no quiso comprometerse (dicen que porque no podían, lo cual dudo...), a indemnizar a esta empresa si se produce un cambio legislativo que vaya en perjuicio de la misma. Pues qué quieres que te diga... Yo habría solicitado también esta indemnización si estuviese en su situación y más aún con los antecedentes que España tiene en relación a los cambios legislativos cada vez que se produce un cambio PP-PSOE. Imagínate que, después de invertir 17.000 millones de euros, va el "politicucho" de turno y realiza un cambio que te hace pasar a perder, porque necesita captar votos o por el motivo que sea... Pues entiendo que en su situación se cojan el brazo, el otro brazo y la cabeza, ¿tú no?
A pesar de todo esto, yo creo que en el fondo de todo esto hay otros motivos que han llevado a la cancelación del proyecto y sencillamente son que el que quiso coger el brazo, el otro brazo y la cabeza fue algún que otro político (poniendo la mano más de lo que debería).
Adiós empleo, adiós riqueza, adiós Eurovegas...
Querian tener garantizada su inversión, querían la garantía de si cambian las leyes o el partido en el poder o se da un golpe o nos vamos a la...M..... Nos quedamos mas hipotecados, mas endeudados, no es que me alegre ni deje de alegrarme, simplemente creo que un gobierno con la crisis que tenemos no dice que "NO" si las exigencias fueran buenas para la totalidad del Paìs, no solo para 250.000 puestos de trabajo...
ResponderEliminarUn buen articulo autor, al menos se sale un poco de la trayectoria habitual de política de atascos de los nacionalismos.
ResponderEliminarAntes de todo quiero decir que no es que este contra de que alguien venga de fuera hacer negocio a España. Lo que si me avergüenza es que haya que hacerle ventajas fiscales a medida de cada uno que venga con un proyecto y con un fajo de dinero. Pues dejaremos de ser un país serio y nos verán como las fulanas del mercado. Aunque después de ver lo que está ocurriendo en Hacienda, creo que lo somos.
No debemos de permitir estas cosas. Si queremos levantar la economía de un país, no se debería de hacer montando casinos y sitios de juego. Por cierto esto no crea riqueza para el país, todo lo contrario, la destruye. Pues el dinero que gane este hombre no se quedare dentro de las fronteras se lo llevara a cualquier paraíso fiscal, que por cierto ya tiene un juicio por eso. En España ya hay casinos de juego y grandes hoteles. Lo único que haría sería des localizar y acaparar el resto de los que están.
Para quien no haya accedido a esa información me gustaría que se informaran y que pudieran ver que Las Vegas, es ahora mismo una de las ciudades con más paro de EEUU.