Donde digo 57 diego 86.

La verdad es que cada vez soy menos futbolero, recuerdo aquellos tiempos fantásticos en que casi no se veían partidos por televisión y yo me encerraba en la habitación para oírlos por la radio, disfrutaba de las remontadas del Real Madrid en las Copas de Europa como si lo estuviera viendo. Todo aquello ahora hay mucha gente que no lo entendería puesto que hay partidos de fútbol prácticamente a diario y si no se televisan en abierto se pueden ver perfectamente por internet.

No es sólo eso lo que ha provocado mi desinterés por el fútbol, aunque también influye el hartazgo y la sobredosis con la que ahora nos machacan, también influye la absoluta desvergüenza de cifras y salarios que hay en el mundo del fútbol. Entiendo la ley de la oferta y la demanda, entiendo que ahora hay algunos jugadores realmente extraordinarios pero, si nos paramos a pensar, siempre los ha habido solo que los de ahora gozan de una publicidad exagerada, nos los meten hasta en la sopa.

Y aunque aquí nunca hablo de fútbol hoy lo voy a hacer debido al escándalo del fichaje de Neymar por el F.C. Barcelona. Todos sabemos que gran parte de los fichajes de los grandes jugadores mundiales sirven para engordar los bolsillos de muchos intermediarios, demasiados. Centrándonos en los fichajes de los clubes españoles las cifras que manejan tanto el Real Madrid como el Barcelona son absolutamente mareantes. Yo creo que a veces no nos damos cuenta por que ahora nos las dicen en euros, y ya nos asustamos, si nos las dijeran en pesetas es probable que a más de uno nos diera un infarto. Volviendo al sunto Neymar hay varias cosas que son bastante claras, en mi opinión. Que el señor Rosell venda como "barato" un fichaje de un jugador, por muy bueno que sea, de 57 millones de euros deja bien a las claras que los clubes han perdido el norte de las cifras y, sobre todo, los que todavía son dueños de los socios como el Real Madrid y el Barcelona y no sociedades anónimas. Eso me recuerda a la famosa frase de la ministra socialista "el dinero público no es de nadie, en este caso el dinero del club tampoco, al parecer.

Tras una denuncia en la que se acusa al señor Rosell de haber mentido sobre el valor real de Neymar el señor Rosell dimite. Muy noble el dimitir en un país en el que nadie dimite pero las preguntas que deberían hacerle los socios del Barcelona deberían ser: ¿Por qué no ha contado lo que costó realmente el jugador? ¿Donde ha ido a parar ese dinero? ¿Se ha beneficiado económicamente el señor Rosell de ese fichaje? Y si esto fuera así, ¿va a devolverle el ya ex-presidente ese dinero al Barcelona?

Creo que aquí tenemos un escándalo muy grave en el que si se sigue investigando, y nosotros nos enteramos, nos daremos cuenta de por qué personas poderosas y sin ningún problema económico se vuelven locos por presidir un club de fútbol.

Poderoso caballero es don dinero.