Más vale lo regular conocido.

En varias entradas de este blog he mostrado mi desacuerdo más absoluto con las formas que ha tenido el Rey Juan Carlos en los últimos años. Ni su faceta profesional ni lo que se conoce de su vida privada y familiar me gustan un pelo, viendo lo que se conoce tiemblo sólo de pensar sobre lo que no se conoce. Su hijo Felipe ha conseguido, aunque parezca imposible, mantenerse bastante al margen de los problemas familiares, tanto los de sus cuñados como de los de su padre. Pero tiene un problema Felipe con su propia familia política, ya puede hilar fino porque ahí tiene un frente abierto de consideración, Letizia tiene parte de su familia atontada y la otra parte camino de ello. Lo siento, ni Letizia ni su familia me gustan un pelo, esperemos acontecimientos.

A pesar de mi absoluto desacuerdo con la Familia Real he decidido dar una oportunidad a Felipe. ¿Y por qué? Es sencillo, miras lo que hay al otro lado y no es que sólo den pena, es que dan miedo. Manifestaciones casi a diario pidiendo un referendum para refrendar la monarquía o instaurar una república, que huele a república socialista que apesta. Prefiero lo regular conocido a lo malo por conocer, y digo lo malo porque hay mucha gente a quien la república socialista le parece buena, pero esto sería hasta que en caso de catástrofe colosal se instaurara.

Felipe VI va a tener muchos frentes abiertos, demasiados, y estos van desde el peligro que corre la unidad de España hasta la gravísima crisis económica a la que, a pesar de lo que diga el gobierno, todavía le queda un larguísimo recorrido. No va a empezar con demasiado buen pie su reinado, en la ceremonia de coronación no se va a celebrar ningún acto religioso. Nuevamente se cede ante las minorías anticlericales a costa de quedar mal ante un amplio sector de la población que aplaudiría ese acto. Esperemos que haya banderas españolas y que suene el Himno Nacional, aunque tal y como está el país hasta que esto no sucediera no sería una sorpresa demasiado grande.

Mientras tanto pediría a esas hordas de partidarios de repúblicas socialistas que le hicieran un favor a su país, por primera vez y sin que sirviera de precedente. Les pediría que se tranquilizaran y que hicieran lo posible por dar un poco de estabilidad en lugar de sembrar cizaña continuamente. En menos de dos años habrá elecciones generales y tendrán oportunidad de incluir sus propuestas republicanas socialistas en su programa electoral. Veremos cuantos apoyos consiguen en las urnas.