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Odio

Lo que está sucediendo en Irak a manos de los yihadistas no tiene nombre, el exterminio al que están siendo sometidos los cristianos iraquíes, hombres, mujeres y sobre todo niños, es algo que destroza el alma a cualquiera. Yo no soy nada partidario del amarillismo pero, ante semejante salvajada, creía necesario difundir y compartir las terribles fotografías que muchos hemos visto por las redes sociales. Hay mucha gente que se está haciendo la loca ante este holocausto tan terrible que está sufriendo esta pobre gente y no hace nada, pero lo reconozco, yo ya he llegado al límite, no puedo ver ni una fotografía más.

He visto las imágenes más terribles que yo haya podido ver en mi vida, he visto una crueldad que no me podía creer que pudiera existir y me han provocado un desasosiego y un odio tan grande que ya no puedo soportar. Me parece mentira que en la mente de una persona, por llamarles de alguna forma, pueda caber semejante bajeza, miseria y basura, no lo puedo entender. Ya no es sólo que maten, es la forma en que lo hacen, es hacerse fotografías con cuerpos decapitados, con las cabezas de sus víctimas y exponer esos cuerpos como trofeos de caza.

¿Que es lo que se puede hacer ahora con esa gentuza? Estados Unidos y Francia han comenzado unos ataques aéreos contra estos yihadistas. Han comenzado sus ataques aéreos si, pero hasta el momento esta gentuza ya ha acabado con la vida de 500 personas, sobre todo mujeres y niños. Estos salvajes han asesinado hasta a los niños que jugaban en los parques, decapitándolos y cometiendo con ellos las mayores atrocidades. Obama ha anunciado ya que la campaña será larga, a la gente que ha conseguido huir se la está enviando agua y víveres desde los aviones, ¿pero no hay nada más que se pueda hacer?

Como he dicho anteriormente los únicos que han tomado cartas en el asunto han sido Estados Unidos y Francia. Europa, por supuesto, no ha hecho ni dicho nada, España tampoco. Me avergüenzo terriblemente de ello, me avergüenza la absoluta desidia que se está teniendo hacia esta grave situación humanitaria, parece mentira que Europa tenga dos guerras mundiales a sus espaldas tan recientes y que no haga nada ante esto. Espero que pare toda esta barbarie lo antes posible y que los culpables reciban el castigo que se merecen que, para mi, tiene que ser el más cruel de los castigos.

Por cierto, ¿no merece esto un comunicado por parte de la progresía mundial o es que de esto no quieren enterarse?

2 comentarios:

  1. Y lo horroroso es que nosotros estamos en el primer punto de mira. Ellos consideran a España territorio propio del que fueron expulsados, puesto que para ellos, trozo de tierra, aunque sea un simple adoquín, que hayan pisado, ya es territorio del Islam para siempre.

    El hecho es que yo sigo creyendo que, si hubiera verdadera voluntad de arreglar esto, se arreglaba en una semana máximo pero claro, no hay esa voluntad.

    Evidentemente, la solución es violenta, claro pero a ver si nos enteramos de una vez que el "buenismo" no sirve para nada, mientras que es un hecho cierto de que para hacer una tortilla hay que romper huevos o bien, para curar una enfermedad, hay que eliminar a las bacterías o virus.

    En este caso se podrìa comenzar sencillamente por ilegalizar a nivel mundial el Islam y a partir de ahí, el que no cumpla, pasa a ser delincuente y debe ser tratado como tal.

    En Irak ahora mismo habría que entrar a saco y con más dureza y potencia aun que en las dos guerras del golfo juntas, esos yihadistas no pueden acogerse a los derechos humanos porque no son humanos, son una subespecie destructora, una epidemia que se puede convertir en pandemia.

    El mundo sería un lugar mejor si no existiese el Islam.

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  2. Me siento tan impotente y tan horrorizada como tú. Pero lo que me produce más miedo, es la normalidad con que leemos o escuchamos las noticias de los genocidios que se perpetran a diario. ¿Hemos sobrepasado el límite de nuestra capacidad de asombro hasta el punto de rozar la insensibilidad absoluta?. Ese sólo pensamiento me sobrecoge.
    Desde la pérdida de mi hijo, me acomete el temor de no sentir nada por los demás. La obsesión de acaparar para mí sola todos sus recuerdos, y el dolor que eso conlleva, me domina desde entonces. Desde esa perspectiva, egoísta sin duda, la culpabilidad es también una inseparable compañera.
    María Dolores Antequera

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