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Vale, comunista, pero, ¿por qué no te lavas?


Ante la irrupción de nuevos personajes en la política española tenemos también incluido un cambio de estética. Tenemos ejemplos varios, ejemplos clásicos, ejemplos que quieren ser novedosos y ejemplos que nos quieren vender una imagen a través de su estética. No soy ningún "personal shopper" ni nada parecido, no voy a asesorar a nadie en su imagen, aunque salta a la vista. Pero hay ciertas tendencias políticas que parece tienen que estar asociadas a una imagen determinada, eso hasta lo puedo entender, pero de ahí a la higiene va un gran paso.

Tenemos, por ejemplo, a los políticos del PP con un clasicismo absoluto, que no tiene nada de malo, puesto que dan la sensación, por lo menos de aseados. Evidentemente ya se que el hábito no hace al monje, pero un mínimo de limpieza es necesario, o por lo menos no aparentar suciedad. Y lo mismo se puede decir de Pedro Sánchez o Cayo Lara, será mejor o peor su atuendo pero, por lo menos, van limpios, o dando esa sensación al menos.

Pero después nos encontramos con las novedades, sobre todo las novedades de extrema izquierda, ahí hay tres ejemplos claros de marranos y de una imagen de cantarle el sobaco que tira para atrás. Pablo Iglesias, su imagen de perroflauta es fundamental, lo entiendo, su ropa parece lavadita y planchadita por su mamá, ahí no tengo nada que decir. ¿Pero ese pelo y esa barba? Da tal sensación de suciedad y de grasiento que se podrían freir hasta un huevo con el sobrante de grasa. Y esa barba, que en lugar de parecer barba parece una procesión de hormigas. La coleta estoy seguro que si se quitara la goma que la sujeta mantendría la misma forma, es tal la suciedad que parece acumular que parece completamente inamovible.

También tenemos a Ada Colau, con un pelo tipo Pablo Iglesias, no por lo largo si no por lo grasiento. El día que fotografió su sujetador para protestar contra el alcalde de Valladolid me dio sobre todo asco, pero no porque el sujetador pareciera sucio, si no porque sólo de pensar que era de Ada Colau se me vino a la cabeza la cantidad de tiempo que haría que no se lo cambiaba.

Y ya como último ejemplo de marrano absoluto tenemos el que, para mi, es el campeón. El líder de la CUP, David Fernández, ese para mi no tiene por donde cogerle. Tiene pinta de sucio tanto en el vestir como en su aseo, da la sensación de utilizar la ducha, como máximo, una vez cada quince días. Si, ese fue el que amenazó con su chancla a Rato en el parlamento catalán. Rato tendría más miedo de su olor que de su golpe. El otro día dijo unas palabras en el parlamento catalán con su andrajosa camiseta empapada en sudor, asqueroso vaya.

Se pueden tener las ideas que se quiera, pero con un poco de limpieza por favor. ¿O es que es necesario ir hecho un marrano para ser comunista?

4 comentarios:

  1. A lo mejor es comodidad. A lo mejor el guardar las formas es lo único que hacen bueno algunos. Pero el aspecto de un político es lo de menos.

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    1. ¿Y tu pinta de sucio chuloputas macarra calorril también es comodidad?

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  2. Es que no te enteras es para espantar al evola que es de derechas

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  3. Se te va un poco, creo yo. Ojalá prediques con el ejemplo.

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