Yo mismo, en mi mismidad de rebaño

El pasado día 23 de abril asistí a la Feria del Libro que se celebraba en mi ciudad, como todos los años. La verdad es que, además de lo agradable por ser un día festivo, también lo es por el ambiente que se respira en los puestos. La mayoría de la gente fisgando libros y los libreros, que están sufriendo una crisis terrible, tienen un día de ventas digno dentro del agobio que suponen los restantes 364 días de continuo sufrimiento.

Además de los puestos de las distintas librerías de la ciudad se coloca un escenario donde muchos poetas y escritores aficionados suben a leer sus textos. No me doy cuenta si otros años habían instalado el escenario también, pero yo desde luego era la primera vez que veía a la gente subir a recitar, debe ser que no habíamos coincidido en los horarios.

En cuanto vi subirse al primero a recitar y observé a los siguientes que estaban esperando su turno ya me di cuenta de por donde iban a ir los tiros. Eran todos poetas, la mayoría de los de súbete la bragueta, y parecían todos cortados por el mismo patrón. La mayoría de las poesías hablaban de desahucios, de bancos, de casta política y del pueblo, era una poesía que yo calificaría de basura tipo Podemita, eran bastante malos, de los que ponían voz profunda para recitar, pero que lo hacían fatal. Yo creo que la poesía es para leerla es muy difícil recitar poesía, para hacerlo hay que saber hacerlo muy bien, ellos aparte del tipo de poesía que hacían no la recitaban nada bien.

He dicho que coincidían todos en lo mismo, pero había algo más en lo que coincidían: en hablar de los demás como de un rebaño y de ellos mismos como personas diferentes, independientes y mejores que el resto. Me resultó curioso porque si subieron veinte personas, por lo menos quince coincidieron con eso de estar fuera del rebaño, expresándolo de una u otra forma. 

Era evidente que para ellos los pocos que estábamos escuchándoles con atención y el resto que no les hacía ni caso, la mayoría, pertenecemos a un rebaño del cual ellos creen estar excluidos y por ese motivo se consideran no sólo diferentes, se consideran incluso mejores al resto. 

Debe ser que yo no me entero de nada, pero si lees los periódicos, escuchas la radio, ves la televisión y estás atento a las redes sociales tiene más ovejas el rebaño de quien dice no pertenecer a ningún rebaño que los que tenemos la desgracia de ser tan normales y pertenecemos a alguno. 

Que se lo hagan mirar los diferentes, los distintos, los que no se agachan, los que no pertenecen a ningún rebaño, me da la sensación que el rebaño de los que no pertenecen y "no se doblegan" es mucho más grande que el rebaño de los que no decimos nada.