Hay que ser muy tonto

Es evidente que yo no soy ni votante ni simpatizante de Podemos, cualquiera que me haya leído aunque haya sido sólo una vez se habrá dado cuenta. Hay muchos motivos para eso siendo el primero de ellos su comunismo practicante, el cual mantienen oculto en sus últimas declaraciones, lo cual para mi es incluso peor.

En estos últimos días de campaña electoral se han producido unos hechos con este partido que para mi, si hubiera tenido alguna duda, habrían supuesto ya un rechazo absoluto. Uno de ellos se produjo en los últimos días mientras estaba sentado con mi familia en una terraza de la Plaza Mayor de mi municipio. Estaba la Plaza llena de puestos que el ayuntamiento había habilitado para los partidos políticos. Unos te repartían folletos, los otros globos y los otros intentaban hablar contigo y convencerte para darles su voto, excepto el "perla" de Podemos. 

Este sujeto, ante la sorpresa de todo el público que nos encontrábamos en la Plaza y la alegría del tonto del pueblo, se puso a gritar por megafonía eslóganes tales como: "Si, se puede..." y "A por ellos..." los cuales, como he dicho antes, eran jaleados por el tonto del pueblo, su mujer (la tonta) y sus hijos mayores (los tontitos). Mira que esta gente me ofrece a diario argumentos políticos para no votarles, pero esta imagen deprimente, lavacerebros y guerracivilista ya fue para mi suficiente. Esos gritos, aparte de ser absurdos parece que nos quieren indicar que estamos en guerra y nos quieren arengar para luchar contra alguien.

Pero mi sábado "Podemita" no tuvo sólo esa imagen, tuvo al acabar el día estas otras imágenes que salen en este artículo y que en un país normal con menor número de tontos por metro cuadrado sería más que suficiente para que nadie votara a estos elementos. 

La foto en la que aparece Pablo Iglesias rodeado de gente en la que esta gente quiere tocarle es una penosa evidencia. Es una evidencia sobre todo del nivel intelectual de mucha gente que nos rodea que no llegaría ni al del nivel de tonto. Se puede ser del partido que se quiera, se puede tener una ideología determinada, pero de ahí a ensalzar al líder como si fuera "El Mesías" va un trecho. Y después estos mismos imbéciles son ateos y se ríen y atacan a los creyentes, para después llegar y convertir en su Dios a un tipo como Pablo Iglesias o Ada Colau. 

¡Hay que ser muy tonto!