Padre a día completo en Julio

De un tiempo a esta parte me he acostumbrado a vivir el día a día, más que como filosofía de vida por pura necesidad. Los que atravesamos por la situación que yo estoy atravesando los últimos años no tenemos más remedio; lo que a veces parece perdido, en un día se gana; lo que a veces parece ganado, en un día se pierde. De no amoldar tu cerebro a pensar así te volverías loco sin remisión, aunque hay veces que por supuesto es inevitable.

Eso es lo que me pasa durante el mes de Julio, el mes de Julio mis hijos pasan sus vacaciones conmigo, están conmigo todo el mes y, por momentos, pareciera que vivieran conmigo. Es un disfrute para mi tenerles en casa porque es de los momentos del año en que más parecemos eso, padre e hijos. Yo se que a ellos les pasa lo mismo y a medida que se van haciendo mayores están cada vez más pendientes y preocupados por mi, eso me hace sentir bien.

Tenemos un problema los padres divorciados, o por lo menos yo lo tengo, que es como que hay veces que tienes que decirte a ti mismo que esos niños son tus hijos. El hecho de no vivir juntos hace que muchas veces se pierdan ciertos lazos que de lo contrario son tan obvios que resultan inapreciables; son pequeños detalles de la vida rutinaria de los que yo muchas veces estoy completamente perdido.

Los días del mes de Julio han ido pasando a toda velocidad y de repente me encuentro con lo mismo de todos los años: ya tienen que volver con su madre para pasar todo el mes de Agosto con ella. Este es uno de los momentos más duros por los que hay que pasar, el momento de la despedida, por eso es algo en lo que no pienso nunca durante el mes, por eso aplico eso mismo a todo en mi vida.

Habrá muchas personas cercanas a mi que cuando les cuento esto pensarán que soy un inconsciente o un irresponsable: "hay que pensar en el futuro". Esta es más bien mi forma de protegerme a mi mismo, esta es la forma con la que puedo disfrutar de la vida. Las etapas van llegando y se van superando, cuando las piensas con mucha antelación las ves más difíciles y a medida que vas superando una ya vas pensando en la siguiente, una locura y un sufrimiento continuo. Mañana yo tengo que superar una y lo haré lo mejor que pueda, ya llegará la siguiente.