Coleta Morada

Coleta Morada haciendo, como no podría ser de otra forma, el indio

El planteamiento inicial de estas elecciones autonómicas catalanas ya rozaba lo esperpéntico: convertir unas simples elecciones autonómicas en plebiscitarias y, a partir de ahí, que el mayoritario voto independentista hiciera algo que no puede hacer, declarar la independencia de Cataluña. Plantear unas elecciones, sean las que sean, con un guión erróneo y sobre todo falso ya es un engaño hacia el votante y un puro esperpento en si; a partir de ahí ya nos podemos encontrar cualquier cosa.

Empezamos con un partido que no es ni partido, es una amalgama de gente que en teoría tiene un objetivo común que es la independencia. Se llaman "Juntos por el si" y en realidad se tendrían que llamar: "revueltos por salvar nuestro culo", porque es así como están: todos revueltos. Gentes con ideologías muy dispares que desean una independencia falsa y salvadora, pero sobre todo salvadora de delincuentes amigos y ocultadora de los delitos cometidos por esos delincuentes.

A partir de ahí encontrarnos con Iceta bailando de una manera ridícula, arritmica y alocada no puede ser más que una anécdota. O a su compañero de baile, Sánchez, prometiendo el oro y el moro para intentar evitar una sangría de votos imparable, es algo carente de la más mínima importancia dentro de la absurdez general.

El que de repente aparezcan los empresarios y banqueros catalanes, gente tan seria que se juega su dinero, no es más que una consecuencia de todos estos inútiles que pretenden gobernar un barco tan imponente como lo es Cataluña; aparecen tarde los empresarios, pero al fin aparecen. Esta última aparición de empresarios, sobre todo de banqueros, ha provocado una situación cuanto menos curiosa. Cronológicamente, hay un informe oculto de la propia Generalidad advirtiendo de la posibilidad de un corralito en caso de producirse la independencia. Los bancos catalanes anuncian el traslado de su sede en caso de darse la independencia. Los clientes independentistas proponen vaciar los bancos catalanes por ese anuncio, sus opciones son el colchón o un  banco español, pero si vacían bancos ya está más cercano el corralito. 

Todo esto provoca una aparición estelar, y ridícula, de Mas haciendo de jefe indio para decirle a la gente que de corralito nada de nada. Todos pensábamos que se iba a quedar así la cosa, con un presidente autonómico haciendo el ridículo y demostrando una vez más su irresponsabilidad, pero no, no iba a quedar así la cosa. Ya nos habíamos olvidado que a estas elecciones se presentaba también Podemos y mientras un día una candidata llamaba gilipollas a una seguidora, lo cual no es más que la confirmación por parte de los interesados de una realidad, al día siguiente Coleta Morada confirmaba que si, que hay que ser muy gilipollas para votárles.