Artur Mas recibirá un sueldo de 7.000 euros mensuales y dispondrá de oficina, secretaria, coche oficial, chófer y escoltas
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Tras ser apartado de la Presidencia por la CUP, el ya ex presidente de la Generalitat, Artur Mas, que ha ocupado el cargo desde el 23 de diciembre de 2010 al 9 de enero de 2016, tendrá un sueldo de 7.000 euros mensuales, será tratado como Molt Honorable y dispondrá de oficina, secretaria, coche oficial, chófer y escoltas, según el Estatuto del ex presidente aprobado por Jordi Pujol en 2003 para garantizar un “retiro dorado” a los políticos que han pasado por el Palacio de la Plaza de San Jaume.
Esta ley de la Generalitat establece que los ex presidentes percibirán “por un período equivalente a la mitad del tiempo que han permanecido en el cargo y, como mínimo, por una legislatura, una asignación mensual equivalente al 80% de la retribución mensual que recibían en el ejercicio del cargo (…) y el 60% cuando lleguen a los 65 años de edad”. Así como medios “para que puedan atender sus necesidades personales y políticas con la dignidad y el decoro que corresponden a las altas funciones ejercidas”.
Jordi Pujol disfrutó de estos privilegios por espacio de once años, desde diciembre de 2003 hasta julio de 2014, cuando los escándalos políticos le llevaron a renunciar a la pensión por jubilación de 86.400 euros anuales y a la oficina, por la que la Generalitat pagaba más de 175.000 euros al año.
Durante este tiempo Pujol, una de las mayores fortunas de España, según han puesto al descubierto los diferentes procesos judiciales, no renunció a la “calderilla” que suponían los casi 90.000 euros de pensión.
Artur Mas tendrá que elegir entre dedicarse a refundar Convergència Democràtica de Catalunya (CDC), partido que ha quedado sin prestigio alguno por las comisiones del 3 por ciento en toda obra pública que licitaba la Generalitat, o iniciar un exilio dorado en Quebec (Canadá) cobijado por los empresarios multimillonarios Víctor Grifols y Artur Carulla.
Grifols es el dueño de la tercera mayor empresa del mundo en el sector de derivados de la sangre (medicina transfusional) y la primera de Europa, además de ser la líder mundial en suministros a hospitales. Se enriqueció a mediados del siglo pasado, montando centros en toda España de compra de sangre a estudiantes y amas de casa en apuros a los que pagaba unos cientos de pesetas por cada medio litro que luego vendía a precio de oro a hospitales españoles. Negocio que a comienzos de los noventa, ya multimillonario, lo trasladó a Estados Unidos.
Fueron continuas las críticas a este negocio publicadas en aquellos años, ya que miles de personas enfermaron vendiendo más sangre de la que el cuerpo regeneraba, por necesidades económicas. La red de los llamados “vampiros” se extendía a todas las poblaciones españolas donde un sanitario extraía la sangre y pagaba en el acto y en efectivo.
Carulla es el propietario de las empresas Gallina Blanca, Pans & Company y Bocatta. La familia Carulla fue investigada por Hacienda tras el escándalo del Banco del Espíritu Santo, por blanqueo de capitales en el 2006. La Agencia Tributaria investigaba un complejo de sociedades domiciliadas en paraísos fiscales, simulando compraventa de acciones entre sociedades del mismo grupo, para no tener que tributar por las mismas.
Ambos empresarios siempre han mostrado su simpatía por el independentismo catalán.
Junto a la fortuna personal que ha acumulado durante sus cincos años al frente de la Generalitat, Artur Mas disfrutará de un sueldo de 7.000 euros mensuales como ex president, además de despacho, secretaria, coche oficial, chófer y escoltas.
La Generalitat le facilitará toda esta infraestructura en Quebec
Aún es pronto para saber si finalmente se autoexilia en Canadá, el Gobern de la Generalitat le facilitará toda esta infraestructura en Quebec con los gastos sufragados con dinero público.
Gallardón, Cospedal, Aguirre y Bono han tenido que renunciar a “retiros dorados” de 8.000 euros mensuales
Si cambiamos de comunidad autónoma, haber presidido la de Madrid, como Joaquín Leguina, Alberto Ruiz Gallardón, Esperanza Aguirre o Ignacio González, suponía hasta el pasado mes de septiembre cobrar 8.000 euros mensuales de por vida y por no hacer nada.
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