El último vídeo macabro de Daesh, divulgado el domingo, muestra el asesinato mediante tiros en la nuca de cinco personas vestidas con el habitual uniforme naranja en un paisaje desértico. Un joven encapuchado de acento londinense, que recuerda a Jihadi John –abatido por un dron estadounidense en noviembre– amenaza a Cameron y explica que los matan por espiar para el Reino Unido. Como cierre de la grabación aparece un niño mulato de corta edad, vestido de uniforme de camuflaje y con una cinta de Daesh en la frente, que dice: «Mataremos a los infieles». El pequeño se cree que tiene seis años y sería el hijo de la londinense de origen nigeriano Grace Dare, quien tras huir a Siria hace dos años como una de las llamadas «novias de la yihad» se añadió el apellido de Khadijah.
La familia del niño, nigerianos de origen cristiano, sigue viviendo en una calle sin salida del barrio de Lewisham, al Sureste de Londres. El abuelo, que trabaja de taxista, ha declarado a los medios británicos que «sin duda es mi nieto», y pide que lo devuelvan a casa.
Primera yihadista que decapitara a un occidental
La historia de Grace Dare es arquetípica. Se trataba de una chica devota cristiana y bien integrada, a la que le gustaban los vaqueros ceñidos y los tacones, el fútbol y la comida china. Iba a comenzar a estudiar cine y publicidad. Pero a los 18 años le lavaron el cerebro a través de internet. También comenzó a acudir al Centro Islámico de Lewisham y a la mezquita local, polémicos porque en su día los frecuentaban los asesinos que degollaron en la calle al soldado Lee Rigby. De un día para otro, Grace pasó de vestir al modo occidental a aparecer cubierta con el hijab.
En Siria se casó con un sueco convertido al islam, que se hace llamar Abu Bakr. En 2014, la mujer subió un mensaje a la red social Twitter donde se veía a su pequeño, entonces de cuatro años, con un fusil Kalashnikov. El niño se llama Isa (Jesús) y se cree que es el mismo que ahora ha utilizado Daesh en su truculento vídeo. Grace Dare se había hecho también conocida por haber dicho que quería ser la primera yihadista que decapitara a un rehén occidental.
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