Leído en http://www.abc.es/ el 7 de Enero de 2006
Espíritu multicultural es lo que pretendió imprimir el equipo municipal de Manuela Carmena en Madrid en la primera cabalgata de Reyes organizada por Ahora Madrid; y, al hacerlo, se armó el belén. El desfile, precedido por un sinfín de anuncios rocambolescos para dar otro aire a la cabalgata, que fueron desde la supresión de las tradicionales «ocas de Miguelín» hasta la introducción de un DJ amenizador de la fiesta, desencadenó una ola de reacciones cuando se comprobó «in situ» el atuendo tan atípico que vestían los Reyes Magos, más parecidos al mago Merlín de las leyendas artúricas que a los de Oriente que adoraron al Niño Jesús, según la creencia cristiana.
La de la capital fue la más polémica de las cabalgatas, pero hubo otras que resultaron, a la postre, también muy «rumbosas» y no dejaron indiferente a nadie. Algunos ejemplos de cabalgatas nada convencionales fueron:
La mecha prende en Madrid
«No te lo perdonaré jamás, Carmena»
La que fue en la última legislatura diputada del Partido Popular y en la actualidad es directora del área internacional de la Fundación FAES, Cayetana Álvarez de Toledo, prendió la mecha de la indignación cuando vio la cabalgata de Madrid y su innovador estilo. Álvarez de Toledo publicó el día 5 por la noche en su cuenta de Twitter un mensaje que recogía el lamento de su hija de 6 años: «Mamá, el traje de Gaspar no es de verdad». A lo que la política completó: «No te lo perdonaré jamás, Manuela Carmena». La tormenta no tardó en formarse. Unos en contra también de la indumentaria juvenil y llamativa del segundo Rey Mago, y otros, mofándose, con una mezcla de ironía y mensajes multimedia (memes), del mensaje de la dirigente popular. La alcaldesa de la capital respondió en la misma red y aseguró que lo que «no le perdonarían nunca los madrileños sería no trabajar por un Madrid más justo y diverso». Para la regidora, el equipo municipal se toma «tan en serio las tradiciones» que las «actualiza y diversifica para que sigan importando».
El ladrón de calcetines
Écija, a la caza del que hurtó 180.000 pares
Cuál no sería la sorpresa de un empresario sevillano cuando vio a pajes y Reyes Magos procesionando en la cabalgata de Écija con el «stock» de calcetines que le habían sustraído de sus almacenes 48 horas antes. Según las declaraciones de Sebastián Beltrán a la agencia Efe, el pasado 4 de enero desaparecieron de sus instalaciones nada menos que 180.000 pares de calcetines. Toda una partida adquirida el mes pasado y que pretendía vender en Marruecos. No llegaron al país africano, sino a la cabalgata del día 5 de enero por la noche, cuando Beltrán reconoció que aquellos «caramelos» que lanzaban desde las carrozas reales no eran comestibles. Eran sus calcetines, y así lo denunció poco después en la Comisaría de Policía de la población sevillana.
Ahora se enfrentan dos versiones muy distintas: la del empresario, que entiende que los Reyes Magos no han robado, pero que el hilo para encontrar a los ladrones está en la cabalgata, y la del Ayuntamiento de Écija, que ayer miércoles aseguraba que desde las carrozas los «empleados» por Sus Majestades Melchor, Gaspar y Baltasar solo arrojaban «caramelos, pelotas y dulces donados por una empresa repostera del municipio». Ni un solo calcetín. De acuerdo con la versión de la edil de Cultura, Verónica Alhama, «lo que hayan arrojado el resto de carrozas es responsabilidad de cada una».
Melchor antiborbónico
Un edil de Ada Colau politiza la cabalgata
La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, es tan poderosa que hasta consiguió reclutar a los Reyes Magos para su campaña antiborbónica. En el barrio de Sarriá (Barcelona), y tras la tradicional cabalgata, un Rey Melchor con un asombroso parecido al concejal de su partido Jaume Llansó quiso adoctrinar a los niños desde el balcón del distrito. Les soltó: «Nosotros sí que traemos regalos para todos, no como los Borbones, que quieren quedárselos todo ellos». El jefe de filas del PP en el consistorio, el popular Alberto Fernández (PP), denunció rápidamente la lamentable «politización como nunca se ha hecho de una tradición navideña y familiar». Como no podía ser de otra forma, los concejales populares pidieron también la «abdicación» fulminante del edil de Barcelona en Comú.
Baltasar de color rojiblanco
El presidente del Sevilla y su bufanda
Y en una ciudad que futbolísticamente tiene el corazón dividido como es Sevilla, solo faltaba un Rey Mago que proclamase sus preferencias. Lo hizo José Castro, presidente del Sevilla, quien por una noche hubo de ponerse en la piel del Rey Baltasar y que ya había adelantado sus intenciones de trascender en ABC Sevilla: «Ser Rey Mago se vive una vez en la vida, llevaré la corona con mucha ilusión».
Además de la corona real, Castro completó su «look» mágico con la bufanda de su club, lo cual no gustó a la mitad de la urbe andaluza, la bética, claro está. Los niños no salían de su asombro al ver que el tercer Rey vestía de color rojiblanco. No ayudó a desenfadar a los seguidores del Betis que los pajes llevasen los mismos colores en su vestuario y que entonasen los himnos clásicos del club hispalense.
En una fiesta tradicional como la Cabalgata de Reyes sobraba ese «partidismo», fue la crítica más comentada durante la noche de ilusión en Sevilla. Convirtió el evento en un derbi y manchó la cabalgata, reprochó el club bético en su página web. Nada tiene que ver con el fútbol, pero, a la vista de los casos relatados, la confusión de conceptos fue recurrente en una «España en común».
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