La candidez de Sor Rita

Se habla mucho últimamente, cada vez más, de la época de Franco. Se critica la falta de libertades, persecuciones, falta de democracia de una época en la que los más críticos con ella ni siquiera habían nacido. Se habla y se critican muchas cosas que precisamente se están practicando ahora con mucha más contundencia y, sobre todo, practicado por los más beligerantes y críticos antifranquistas. Ahora estamos mucho peor que entonces, ahora presumimos de libertades, pero no existe ni la libertad de pensamiento, ni la de opinión y mucho menos la libertad religiosa.

Esta semana hemos asistido a dos hechos vergonzosos en cuanto a falta de respeto y ataque a la libertad religiosa, amparada en la supuesta libertad de expresión. Por un lado el ya famoso Padre Nuestro sexual, del que ya hemos hablado aquí y el juicio por el asalto de Rita Maestre y sus secuaces a la capilla de la universidad.

Se puede estar a favor o en contra de que haya una capilla en una universidad, pero lo que no se puede hacer es ofender, perseguir y atacar a los fieles que asisten a esa capilla ni de palabra, ni de obra. No es sólo un derecho el respeto a la libre creencia de una persona, es educación básica y si esa educación no existe es difícil que pueda existir nada más.

Lo más curioso ha sido ver la actitud de Rita Maestre en ese juicio. Para empezar completamente acobardada porque ya no iba protegida entre la multitud. Después su falta de memoria absoluta, no recuerda haber visto, ni haber escuchado nada aquel día. Pero lo que más curioso me ha resultado ha sido su actitud de niña buena, casi monjil, todo lo contrario que se podría esperar de una persona que asalta una capilla al grito de: "más bolas chinas". 

Una cosa es tener miedo y otra ser un cobarde, lo primero es justificable, lo segundo no. Maestre ha demostrado en el juzgado una cobardía que rayaba lo enfermizo y que la dejó a ella misma en evidencia. Si alguien está tan sumamente seguro de sus actos. Si alguien cree que lo que ha hecho es lo correcto y sobre todo justificable, defiende esa verdad ante quien sea. Si alguien tiene una actitud cobarde, como la que Rita Maestre mantuvo en el juicio, demuestra que hizo algo mal a sabiendas, con lo que es todavía más culpable.