Los vecinos no humanos

Mi gata Kitty llegó a mi casa hace año y pico de rebote y sin que contáramos con ella. No era mi idea tener un animal en casa y menos un gato, pero ya se sabe que en una casa los que más mandan la mayoría de las veces son los más pequeños y mis hijos estaban locos con la idea de tenerla. Ahora, pasados ya casi dos años me he acostumbrado a ella y somos casi pareja de hecho, puesto que yo soy la persona que la cuida, que más tiempo pasa con ella y, sobre todo, quien le quita las cacas y la da de comer. Que yo no tuviera idea de tener un gato, o cualquier animal, no quiere decir que no me gusten los animales, me encantan, pero cada uno ocupando su lugar, yo el mío y Kitty el suyo.

Ayer leí una noticia relacionada con los animales que me dejó perplejo, el pueblo de Trigueros del Valle (Valladolid) ha declarado a los gatos y perros vecinos no humanos. Pero esta noticia no me dejó perplejo porque me pareciera mal, me pareció simplemente absurda y puro postureo, trataré de explicarme. A una persona normal no se le ocurriría nunca en la vida hacer daño a un animal, menos a un perro o a un gato, eso es lo normal. Esta noticia me parece puro postureo porque convertimos una normalidad en noticia y la subimos un peldaño más, al absurdo, convirtiendo a animales en "vecinos no humanos" de un pueblo. Y me parece absurdo a pesar de que esto pueda significar que el pueblo sea conocido a nivel nacional.

Había que ver las imágenes del acto en si, actores, "representantes de la cultura" en general y un buen número de perroflautas asistiendo al acto con sus mascotas y haciéndoles carantoñas un tanto absurdas. Si alguien tiene que presumir de respeto y cariño a los animales es que es un poco ridículo porque presumir de algo normal a mi me parece anormal. Muchas veces me da la sensación que presumir de este tipo de cosas es para ocultar unas taras mucho más graves e ilógicas, pienso en el famoso: "excusa no pedida, acusación manifiesta".

Pero esto es ya demasiado habitual en la sociedad actual, perdemos el tiempo con bobadas y no atacamos la base del problema. La última moda en grandes multinacionales que nos quieren vender algún producto es decir que van a dedicar una parte de esa venta a fines caritativos de uno u otro tipo. Basta que una gran empresa diga eso para que yo no compre, que lo hagan sin necesidad de comprar y, mucho menos, anunciarlo porque, no sólo pueden, deben hacerlo. ¿Es malo? Pues me va pareciendo que si porque a mi todo este tipo de postureo me revienta. Después se critica a gente como Amancio Ortega que dona un dinero, sin más, con fines caritativos, ¿por qué? Por puñetera envidia, pero él no va dando publicidad de ello y tampoco le dice a nadie que por comprar una falda va a donar el 10% de su valor, lo hace y punto.

Dar bombo y platillo a lo lógico nos convierte en una sociedad cada vez más ilógica y absurda. Siempre se ha dicho que premiar a un niño por aprobar no es bueno porque es lo que tiene que hacer, es parte de su trabajo. ¿Por qué no trasladamos esa filosofía al resto de nuestra vida? Claro, que también estamos acostumbrados a competiciones donde se premia igual al que pierde que al que gana, sobre todo si son niños, ¿para qué va a querer ganar nunca si su premio es el mismo que el que tiene el último? Y todo es un suma y sigue y un bucle infinito y absurdo del que, no sólo no salimos nunca, si no que cada vez estamos más atrapados en él.