Artículo de http://www.20minutos.es/ del 29 de Noviembre de 2006
El Parlamento de Ucrania reconoció hoy como "genocidio" la muerte de millones de campesinos ucranianos durante la colectivización forzosa de la tierra emprendida por Stalin en los años 30 del siglo pasado.
El Parlamento ha pagado la deuda con la memoria de los ucranianos que vivieron la hambruna
"Este es un hecho histórico, ya que el Parlamento ha pagado su deuda, la deuda de la memoria con la generación de ucranianos que vivió la hambruna", ha asegurado hoy Víctor Yuschenko, presidente ucraniano y autor del proyecto.
La nueva ley no contempla la imposición de sanciones administrativas a aquellos que nieguen este hecho histórico tal y como pretendía Yuschenko y como sí sucedió en el proyecto aprobado el mes pasado por el Parlamento francés en relación al genocidio armenio.
Además, el presidente ucraniano se vio obligado a ceder en otro asunto: la sustitución del concepto "genocidio de la nación ucraniana" por el de "genocidio del pueblo ucraniano".
La Rada Suprema (órgano Legislativo ucraniano) también encargó al gabinete de ministros erigir en Kiev un monumento en memoria de las víctimas de la hambruna en el 75 aniversario del genocidio y la fundación de un Instituto de la Memoria Nacional.
Según historiadores locales, entre 7 y 10 millones de ucranianos, en su mayoría campesinos y propietarios, murieron en la campaña de colectivización estalinista, más del doble de víctimas que se cobró la ocupación nazi.
Ocho diputados más de los necesarios, a favor
A favor de la iniciativa legal votaron 233 diputados, ocho más de los necesarios para la aprobación del documento, que exigió varias horas de acalorados debates.
El partido Nuestra Ucrania, encabezado por el presidente, y el bloque de la ex primera ministra Yulia Timoshenko apoyaron el proyecto, aunque la llave de su aprobación la tuvieron los socialistas.
A pesar de ser miembros de la coalición gobernante, que se opuso al proyecto, su líder, Alexandr Moroz, presidente de la cámara, y 30 de sus diputados apoyaron la ley.
Sólo dos diputados del Partido de las Regiones, que dirige el primer ministro, Víctor Yanukovich, respaldaron la iniciativa.
Yanukovich se había manifestado desde un principio a favor de declarar como "tragedia" la hambruna, postura considerada "vergonzosa" por Yuschenko.
En cuanto a los comunistas, el tercer partido integrante de la coalición gobernante, votaron en bloque contra el proyecto, como era de esperar.
Según algunos analistas, este proyecto podría ser el primer paso para la futura prohibición de los comunistas, herederos del Partido Comunista Ucraniano que fue el brazo ejecutor de las órdenes de Stalin contra los campesinos ucranianos.
Yuschenko alabó a los socialistas y criticó la falta de "valentía" y "sabiduría" de los que no apoyaron su iniciativa, al tiempo que manifestó su esperanza en que no se interprete como "una victoria o derrota de uno y otro bando".
Rusia niega el genocidio
Por su parte, Rusia, heredera de la Unión Soviética, mantiene que la colectivización también dejó un reguero de hambre y desolación en Rusia, en la cuenca del Volga, los Urales y el Cáucaso, en Kazajistán y en Kirguizistán, repúblicas ex soviéticas donde murieron varios millones de personas.
Historiadores rusos consideran que la hambruna no fue una limpieza étnica dirigida a la eliminación de un pueblo (los ucranianos) o nación, como define el genocidio de la ONU, sino de la clase de los propietarios de la tierra.
En cambio, sus colegas ucranianos rebaten esta versión, ya que, para ellos, la colectivización no estaba dirigida "sólo" contra los terratenientes, sino contra el pueblo ucraniano por sus ansias independentistas.
En caso de que Moscú asumiera la responsabilidad que le corresponde a la URSS y reconociera la hambruna como "genocidio contra el pueblo ucraniano", podría tener que indemnizar económica y moralmente a Kiev, sentando un peligroso precedente.
Países como Estados Unidos y Canadá, ambos con una numerosa diáspora ucraniana, pero también Italia, Georgia, Australia, Argentina, Polonia, Hungría, Lituania y Estonia ya han reconocido la hambruna, también llamada Holodomor, como un genocidio.
Ambicioso plan de colectivización de la tierra
Algunos campesinos se En 1930, Stalin lanzó su ambicioso plan de colectivización de la tierra, proceso que debía completarse en dos años que se aplicó con especial virulencia en Ucrania, entonces "el granero de Europa" y uno de los mayores productores de trigo del mundo.
Muchos campesinos ucranianos se resistieron, lo que provocó la ira de Stalin, que ordenó requisar los productos agrícolas y comestibles durante un año para doblegar la oposición de la población a la colectivización.
Según diversos historiadores, en la primavera de 1933 llegaron a morir hasta 25.000 personas diarias, al tiempo que se han documentado muchos casos de canibalismo, como se recoge en los informes del KGB (antiguo servicio de espionaje soviético) y las cartas de las víctimas desclasificadas recientemente.
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