Cuando observas sorprendido que mientras te cruzas de brazos, tu coche ya te encuentra un aparcamiento y aparca por ti. Cuando te enteras que un restaurante chino se inaugura con veinte robots entre camareros y cocinero. Cuando un día descubres que también los delincuentes pueden cometer también ciberasesinatos, es cuando te empiezas a dar cuenta que quizás el asunto de la tecnología se nos esté yendo un poco de las manos.
Dice el refrán que lo bueno si breve, dos veces bueno, pero con este asunto no existe la brevedad. Las mentes pensantes e innovadoras en asuntos tecnológicos están continuamente pensando en nuevas formas de que nos lo den todo hecho. Va a llegar un punto en que no necesitemos movernos de nuestro sofá de casa para cubrir nuestras necesidades vitales, incluidas las del trabajo o el colegio. ¿Para qué gastar dinero en instalaciones cuando cualquiera puede cumplir desde su propia casa?
El problema será otro, el problema será qué sería de nosotros. No es bueno tenerlo todo hecho ni para nuestro cuerpo ni para nuestra mente. Acabaremos siendo mucho más vulnerables en todos los sentidos, tanto física como psíquicamente. El uso de algo tan sencillo o habitual ahora como un GPS está consiguiendo que mucha gente no sepa ni donde están los puntos cardinales y pierda, por consiguiente, cualquier sentido de la orientación. Podemos estar convirtiendo todas las ventajas que la tecnología nos da, que son obvias, en inconvenientes si no sabemos ponerle límites.
El cerebro necesita ser ejercitado al igual que los bíceps, algo de lo que mucha gente ya se ha olvidado por completo. Si al cerebro se lo ponemos todo hecho lo acabaremos perdiendo poco a poco convirtiéndonos en seres completamente anodinos a la espera de que tocar un botón nos resuelva cualquier problema. De momento ya las consecuencias las estamos empezando a ver. La deshumanización que tiene nuestra sociedad es cada vez mayor. El uso de la tecnología se está convirtiendo en abuso y el ejercicio en el gimnasio es mucho más importante que el ejercicio del espíritu. Tendremos hombres y mujeres muy cachas, pero que serán unos auténticos gilipollas.
Hola amigo, llevo un tiempo leyendo tu página y me gustan tus ideas directas y exactas. Dices que eres un superviviente arruinado, y por lo que señalas deduzco que fuiste uno de tantos empresarios autónomos que hubo de cerrar. Yo nunca me animé a semejantes emprendimientos, pero conocí a muchos que sí lo hicieron y han logrado sobrevivir reciclándose.
ResponderEliminarSin embargo, creo que aquí hay un matiz que me gustaría hacer, y es que la tecnología por sí misma no significa una deshumanización ni un entontecimiento, porque es un invento humano. Un empresario se beneficiará de los avances tecnológicos, y un necio que sólo se preocupa de sí mismo seguirá siendo pastoreado por los de siempre. El problema está en el mismo lado. Saludos cordiales y felicitaciones por el nivel de la página.
Muchas gracias por tu comentario, no andas nada desencaminado. Saludos para ti también.
EliminarEstoy de acuerdo porque los que manejan la tecnología son nuestros enemigos. MARISA Lee lo que me manda un judío argentino, en mi muro.Un beso. Hasta que no cambies la foto de arriba de tu blog y la cambies por una bella del cielo , mar o naturaleza, no me quedaré tranquilo. tu foto indica sufrimiento.
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