A los americanos les defiende Trump, a nosotros nadie

Reconozco que cuando se presentó Donald Trump como candidato a la presidencia de Estados Unidos no tenía nada clara mi opinión sobre él. Pero mis iniciales dudas sobre su idoneidad se disiparon de inmediato por dos motivos principalmente. El primero por la gran manipulación mediática a nivel mundial que se intentó provocar para que todos nos posicionáramos en su contra. El segundo por la candidata demócrata, Hillary Clinton, que no me puede caer peor. 

Finalmente Trump consiguió la victoria y hoy mismo ha tomado posesión de su cargo como presidente de los Estados Unidos. En ese discurso ya me ha demostrado los motivos por los que los estadounidenses no se han dejado manipular y han elegido la mejor opción para ellos. Han sido dos frases por las que yo, en caso de haber sido estadounidense, le habría votado. "América primero" y "los americanos primero". Para mi con escuchar eso habría sido suficiente.

No tiene nada de malo elegir como presidente a una persona que en este mundo tan peligrosamente globalizado te dice que le da igual, que en su casa su primera opción van a ser ellos mismos. Que él va a luchar por proteger su nación y a sus ciudadanos de injerencias extranjeras, tanto en el asunto económico como en el social. También esto me demuestra la preocupación de los medios de manipulación a nivel mundial porque una persona como Trump fuera la elegida.

Eso no se da ni en Europa, ni mucho menos en España. Aquí en España lo hemos cedido todo para que nos lo manejen otros, los europeos que tanto nos quieren. ¿Por qué le voy a preocupar yo como español a un comisario europeo alemán o francés? Pero lo peor de todo no es eso, lo peor es que yo como español no le preocupo ni al comisario alemán o francés ni al propio político electo español. Si en Estados Unidos Trump ha dicho que los americanos primero, aquí en España nuestros políticos dicen que cualquiera primero menos un español. Qué envidia los americanos, qué envidia el discurso de Trump. Qué asco Europa, qué pena España.