Esclavos voluntarios del trabajo, por @Parnasillo vía @ElDiestro_
Todos somos ya conscientes de cómo el desarrollo de las nuevas tecnologías nos ha introducido un verdadero caballo de Troya en nuestros hogares. Smartphones, 4G, tablets, ordenadores personales, etc., que tan atractivos se nos presentaban al principio, pero que resultan ahora eternos y forzosos acompañantes. Han acabado por convertirse en auténticos cordones umbilicales uniendo la empresa con el hogar de forma que estas se han apropiado del tiempo personal.
Entramos en lugares virtuales para continuar desarrollando proyectos; y a su vez, también, en cierta forma, invitamos a la empresa a entrar en nuestros hogares. Un verdadero "quid pro quo", ¿o no? Puede que ni tengamos que desplazarnos al lugar de trabajo.
Si estas tecnologías se utilizarán para mejorar la productividad y las relaciones entre la empresa y los trabajadores mediante la tan conllevada conciliación laboral y familiar, una justa retribución, etc. y la satisfacción del trabajo bien hecho, bienvenida sea. La tecnología estaría al servicio del hombre. Pero si por el contrario sirven para alargar la jornada laboral, exponer al trabajador a condiciones de estrés, a interminables jornadas, y sufrir diferentes y sutiles presiones, malvenidas sean.
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