Hay una vieja leyenda acerca de los medios de comunicación en general y del periodismo en particular, que se nos quiere vender como una especie de servicio público. Es decir, serían unas hermanitas de la caridad que por dar un servicio a sus "queridos hermanos" hicieran gratuitamente el trabajo de informarles. Pero no, el periodismo es una profesión por la que, como es lógico, se cobra y los medios de comunicación son un negocio para ganar dinero y pare usted de contar.
Tras el regalito que recibieron tanto Atresmedia como Mediaset por parte de Zapatero, sí, lo de quitar la publicidad de Televisión Española vendiéndonoslo a todos como un servicio público, estos dos medios se han hecho directamente de oro. No tienen competencia alguna y el pastel publicitario se lo reparten entre ellos engordando su cuenta de explotación como si no hubiera un mañana.
Pero lo de Atresmedia ya es de nota, lo de Atresmedia es digno de estudiar en un máster y un máster no demasiado complicado porque es más simple que el mecanismo de un chupete. Atresmedia quiere más, Atresmedia lo quiere todo. ¿Y qué hacen? Pues hacer a todos los palos ideológicos que hagan falta para chupar de todos los lados. ¿Que hablamos de La Sexta? De izquierdas de toda la vida. ¿Que hablamos de Antena 3? Ni fu ni fa. ¿Que hablamos de Onda Cero? Ni fa ni fu, a ciertas horas fa y a otras horas fu. ¿Que hablamos de La Razón? Más del PP que Rajoy.
Llega hasta tal punto su manejo de la situación, llega hasta tal punto el atontonamiento de su público, que los que ven un medio del grupo, critican abiertamente el otro y viceversa, tachándolos o de fachas o de rojos, depende de como cuadre. Y a todo esto están los directivos de Atresmedia, que deben partirse el eje a todas horas porque de todos los que critican a uno u otro medio hacen caja. Si no fuéramos tan tontos no veríamos ninguno.
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