No se rasguen las vestiduras, pongan las barbas a remojar

“Lo que se está viendo con claridad es que en las últimas décadas el PP ha tenido una relación turbia con el dinero y las instituciones".

Esta frase, que pareciera haberla dicho la Madre Teresa de Calcuta, no ha sido pronunciada por ella, no, ni por nadie parecido, esta frase la ha pronunciado la enésima presidenta socialista de Andalucía, Susana Díaz. Esta frase la ha pronunciado la heredera directa de dos ex-presidentes de la Junta de Andalucía y del PSOE, imputados por el caso de los ERE. Esta frase la ha pronunciado alguien que, en definitiva, debería haberse callado la boca porque habría que ver lo que lleva en su mochila dado que ese, el caso de los ERE y también el caso de los cursos de formación son casos infinitamente más graves que esos que le hacen rasgarse las vestiduras.

Pero no solo son ellos los que se rasgan las vestiduras, también se las rasgan los que mantienen a su partido gobernando en Andalucía. O se las rasgan también los que se financian de manera un tanto dudosa de gobiernos como los de Venezuela o Irán y que también tienes cuentas bancarias en paraísos fiscales. Es decir, se rasgan todos las vestiduras pero todos tienen mucho que esconder y que callar.

La corrupción del PP no tiene justificación alguna y es vergonzosa, pero también la de los otros. Todos los partidos tienen mucha basura que esconder, todos los partidos en mayor o menor medida tienen, o casos de corrupción probados o casos sospechosos. Es una vergüenza ver como gente como Susana Díaz pone su típica voz de "a mi que me registren", cuando se trata de la corrupción de otros y cara de "ni se te ocurra registrarme", cuando se trata de casos de corrupción de su partido, de su gobierno y de su comunidad autónoma.

Los que deberíamos rasgarnos las vestiduras deberíamos ser los estafados por todos ellos, la mejor opción para ellos es que pongan sus barbas a remojar. Aunque viendo como acelera la justicia para unos casos y decelera para otros, es posible que hasta se vayan de rositas. Lo peor de todo es que no solo son corruptos, es que encima son unos puñeteros caraduras.