Si hoy hiciéramos una encuesta por la calle y preguntáramos a cualquiera si desea que haya guerras, el 99,99% de las personas normales estoy seguro que contestarían que no. El 0,01% restante sería ese mínimo porcentaje de retrasado mental que vaga por el mundo con un cerebro evidentemente enfermo. No hay ninguna duda, una guerra no la quiere nadie. Las guerras representan destrucción y muerte, una persona normal no se quiere ver envuelta en una guerra ni por asomo.
Pero una cosa es no querer guerras y otra cosa muy distinta es defenderse, es proteger nuestras vidas contra la amenaza continua y evidente terrorista. Ante la respuesta dada por Estados Unidos por los asesinatos de civiles cometidos en Siria gaseando indiscriminadamente a la población civil, ya está surgiendo en España el eterno raca, raca, del "no a la guerra" teledirigido por esa izquierda populista, miserable y manipuladora que estamos sufriendo en España en los últimos años.
Cuando hay un atentado terrorista en Europa o una masacre como la cometida en Siria en los últimos días no se movilizan más que con un lenguaje absurdo y buenista de auténticos bien quedas. Nos vienen con negociaciones, con charlas con terroristas, con "legalidad vigente" y con "derecho internacional", que se pasan por el forro cientos de veces, como el caso del encarcelamiento de Leopoldo López en Venezuela.
Utilizar un eslogan tan simplista como ese del "no a la guerra" no es más que una forma de manipular con el lenguaje, algo a la que ya nos tienen demasiado acostumbrados. ¿Cómo va a haber alguien en sus cabales que diga que quiere una guerra? ¿Cómo va a haber alguien que desee estar metido en una guerra? Lo que no queremos tampoco es que nos maten. Es curioso que semejantes eslóganes se den siempre en las mismas circunstancias, cuando los atacados deciden defenderse. Sobre todo si los que toman la iniciativa de defensa son los norteamericanos. Llevan el partidismo, el sectarismo y las fobias hasta límites tan insospechados que acaban convirtiéndose en esperpento y ridículo puro. Sí a la defensa, no a la guerra si es posible, y no, mil veces no, a la manipulación continua de esta izquierda tan manipuladora, ruin y cobarde.
Es triste que esta gente de la izquierda siempre recurran a la manipulación más barata y asquerosa posible. Pero en fin, eso es lo que son.
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