La verdad es que cuando uno mira el perfil de cada uno de los parlamentarios que nos representan se pregunta de dónde habrán salido. La una, con más dinero que un jeque, va de comunista y se lleva el primer día al bebé para darle la teta porque la tata tenía el día libre. La otra, como coincidía que era la novia que le tocaba al jefe por aquellas fechas, de número uno de su grupo y luciendo el palmito, que no oratoria, cada vez que tiene oportunidad, porque lo intenta hasta cuando no se la dan y acaban echándola de los programas de radio. Los demás, a pesar del historial delictivo de muchos de ellos, porque pasaban por allí cuando se dedicaron a repartir puestos para las listas y coincidía que daban el perfil delictivo adecuado.
Pero el que es número uno a nivel casi mundial es Cañamero. Cañamero, el hombre, no se sabe si porque no pudo o porque no quiso, no da más de sí. Su nivel es bajo hasta para asaltar un supermercado u ocupar la finca de algún terrateniente, con el pretexto de algún supuesto derecho que, aunque existiera, el sería incapaz de entender o explicar en siete vidas.
Para lo único que hace apariciones estelares es para ponerse camisetas o sacar carteles en los que en el noventa y nueve por ciento de las ocasiones sale su colega "Paquirrín Bódalo". No sabe ni cómo se coge un bolígrafo pero pedir, lo que se dice pedir, pide por la boquita aunque no tenga ningún sentido. Al SATñorito le preocupa mucho la vida en las cárceles, debe ser que las ronda, y ahora se nos ha destapado con una de sus peticiones estelares: "Hay que poner aire acondicionado en las cárceles, el calor es insoportable".
Es verdad, SATñorito, la gente que delinque está en la cárcel como premio por su comportamiento y por sus aportaciones a la sociedad. ¡Vamos a premiarles! Aire acondicinado, ¿y qué más? Las televisiones de plasma por celda, ¿se las ponemos también de alguna pulgada en especial o puede que se salgan del tabique? Con una tablet y un smartphone de alta gama por preso, ¿irá bien o tiramos la casa por la ventana y les ponemos Apple a todos?
Ay Cañamero, qué razón tenía George Bernard Shaw cuando decía: "Los perros no molestan hasta que ladran y los necios hasta que hablan".
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