Orgullo Gay, defendiendo lo obvio

Pues sí, ya llegó el gran día. El día de las locas con banderitas en el culo, el día de los maromos con trajes de cuero dándose morreos y tocándose el paquete a diestro y siniestro para que todos veamos que son tan libres como maleducados. Pretenden escandalizarnos, no lo hacen, juegan a ese juego que jugábamos todos de adolescentes y que no era otro que asustar a nuestros padres y abuelos con salidas de tono para que ellos se asustaran y dijeran mirándose al unísono "¿has visto lo que ha dicho el niño?" Mientras tú, adolescente, poseedor de la verdad absoluta y de la razón universal sonreías ufano pensando lo moderno que eras por haberles escandalizado.

A eso vienen a jugar estos en su "orgulloso día", pero estos ya entraditos en años, muchos ya en carnes, pero con menos cerebro que un mosquito, mucho menos que ese adolescente provocador e infantil. Eso es para ellos valentía y defensa de derechos, derechos que ya tienen desde hace mucho tiempo y valentía que son incapaces de ejercer donde verdaderamente hace falta, que es en sitios donde ejecutan a gente a la que ellos dicen defender.

Es mucho más fácil escandalizar y ejercer la valentía donde sabes que no te va a pasar nada. Donde todos estamos al cabo de la calle de todo, donde simplemente nos importa un rábano con quien se acueste cada uno, excepto si pretende hacerlo con un niño.

Nos da igual con quién os acostéis, no nos importa. Nos da igual qué postura del Kamasutra os guste más practicar, no solo nos da igual, lo respetamos. Pero no pretendáis mostrárnoslo por la calle, no seáis marranos, respetad de la misma forma que os gusta que se os respete. Curiosa forma esa de pedir respeto, te lo piden mientras a la vez te están faltando.


Que no, que no soy homófobo. Que porque yo no ponga vuestra banderita en mi perfil o diga que los homosexuales son mejores que el resto del mundo yo no tengo ningún tipo de manía hacia vosotros. Lo que no me gusta, lo que detesto, lo que no soporto, es que vayan de compungidos sufridores los que más poder mediático tienen y más capacidad para perseguir personas que no les doren la píldora.