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La subida del gasóleo, sin pronóstico de cuándo acabará, también lastra la actividad agrícola

Hace un par de semanas que las miradas perplejas de casi todos se fijan incrédulas en los indicadores de precios de las gasolineras. Que siguen hacia arriba… Cualquiera sufre esta carestía, pero, por supuesto, quienes más la acusan son quienes dependen del carburante en su medio de vida. Así sucede con la agricultura, que se nutre de él para la maquinaria y regar principalmente.


“La pregunta del millón es qué va a pasar con los precios… En los últimos quince días ha subido más que en varios años”, comenta Alfredo de Isla, gerente de Discomtes, una empresa radicada en Valladolid y que distribuye gasóleo por Castilla y León con su flota de camiones.
“Nuestro deseo es que el precio se estabilice, que no siga subiendo. Continúa subiendo; no sabemos si pararágasoil, pecio gasóleo”, dice De Isla. La media de 2017 del gasóleo B estuvo entre 50 y 55 céntimos más IVA el litro. La semana pasada ya no bajaba de 62 céntimos.

A los distribuidores no les van bien tampoco la carestía, aunque en la última semana han incrementado las ventas porque el agricultor adelanta la compra ante el temor de que la escalada continúe. “Las ventas no se harán después porque ya las han llevado a cabo antes. A nosotros nos perjudica”, justifica el gerente.

Además del gasóleo B también venden AdBlue, el aditivo de urea que utilizan los tractores modernos para reducir la contaminación. El consumo ronda el 5% respecto al gasoil. Los actuales 40 céntimos (más IVA) por litro también irán al alza poco a poco, aunque no tiene nada que ver con el carburante en el proceso de fabricación.

En las cooperativas


Aunque no se agrave la situación, ahora mismo es ya complicada para el agricultor. “No sabemos cómo van a evolucionar los precios”, confirma el presidente de Cocetra, Armando Caballero. En los terrenos de la cooperativa, en el sur de Valladolid, el riego funciona mayoritariamente con gasoil. Cocetra vende al año cinco millones de litros de gasóleo A. “Hay que usarlo, pero es algo tremendo”, comenta Caballero.
La capacidad del agricultor para almacenar combustible es muy pequeña, de manera que es imposible acumular mucho en épocas en las que está barato. Tampoco son expertos en el mercado del crudo. En parecida situación está Cocetra. Intenta comprar el gasoil cuando es más asequible, pero le resulta imposible tener existencias para evitar los incrementos de los precios como estos de las últimas semanas.

Artículo original de campocyl.es

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