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Estos son los puestos de trabajo que más están demandando las empresas


La revolución digital es un hecho. La llamada industria 4.0 es ya una realidad: "Te va a tocar, seas una empresa grande o pequeña", asegura Esther Carrasco, directora de la cátedra Innovación y evolución tecnológica para empresas de la Universidad Politécnica de Madrid y CE Consulting. Según el informe Industria 4.0 elaborado por la consultora PwC, "un escaso 8% de las empresas españolas tiene en la actualidad un nivel de digitalización avanzado, frente al 33% de las empresas industriales globales".

Estas cifras aumentan, pero mantienen su diferencia, para 2020: un 19% en España y un 72% en todo el mundo.  "Lo más relevante es que la velocidad de este proceso de digitalización en los próximos años será también menor en España", recoge el citado estudio, según el cual "las empresas industriales digitalmente avanzadas experimentarán un incremento adicional de su facturación del 2,9% de media anual en los próximos cinco años". "Estamos entrando en la cuarta transformación digital. Tras la informatización, la llegada de internet y el uso generalizado de los smartphones, la inteligencia artificial ha llegado para quedarse”, explicaba recientemente la direcotora general de Google en España, Fuencisla Clemares, en la ponencia

¿Qué nos depara el cambio tecnológico?


"Vivimos un momento de cambio excepcional, estamos a las puertas de un gran cambio de paradigma y veremos a qué velocidad somos capaces de asumirlo. ¿Que si estamos preparados? Creo que la mayoría de compañías en nuestro país todavía no", advirtió la directiva. Pero, ¿qué es la transformación digital de la que tanto se habla últimamente? El estudio España 4.0: el reto de la transformación digital de la economía elaborado por Roland Berger y Siemens, que afirma que "sólo un 38% de las empresas tiene una estrategia digital", lo define así: "La transformación digital es la adaptación de las cadenas de valor de los distintos sectores de la economía a ese efecto disruptivo que comienza con el consumidor digital —no pasamos más de hora y media sin mirar el móvil—.

Es la conexión integral de las distintas áreas de la economía y la manera en la que los players de cada sector se adaptarán a las nuevas condiciones que imperan en la economía digital". Y, ¿cuáles son sus palancas? Este estudio cita la información digital, la automatización de procesos mediante inteligencia artificial, la conectividad y el acceso a internet del cliente. La también llamada cuarta revolución industrial  ha irrumpido de tal forma que "sus implicaciones socioeconómicas, políticas y empresariales han resultado en la creación de nuevos modelos de negocio y nuevos puestos de trabajo", comenta Esther Carrasco.

De hecho, según los cálculos de Siemens, "podría implicar un incremento de 120.000 millones de euros en los sectores analizados para el año 2025". En este sentido, los perfiles más demandados en la actualidad han de tener conocimientos en deep learning, inteligencia artificial y robots. Así lo considera Rubén Berrocal, team leader de Randstad Technologies: "Han irrumpido en diferentes sectores, se está notando mucho porque ya casi cualquier compañía B2C está desarrollando sus propios sistemas de asistentes virtuales, desde aseguradoras a telecos, para un primer nivel de incidencia con sus clientes. Empiezan a invertir mucho en este sentido.

Además se da la circunstancia de que en España no hay un volumen suficiente para cubrir esta demanda". Berrocal vaticina igualmente un desarrollo en aplicaciones de realidad aumentada y, por último, el blockchain, la tecnología que sustenta a las criptomonedas y que, en su opinión, "va a revolucionar el mundo desde un punto de vista tecnológico porque va a eliminar cantidad de burocracia privada y pública y muchos sectores se van a beneficiar de la automatización de muchos procesos que permite.

Estamos viendo que los grandes bancos presentan mucho interés, igual que hace años empezaron a desarrollar sus departamentos de big data, están ya desarrollando sus departamentos de tecnología de cadena de bloque, que está irrumpiendo tanto en el sector financiero como en otros como las aseguradoras", expone el experto de Randstad.

Los datos, el "oro negro del siglo XXI" 


A estos nuevos perfiles se suma el especialista en ciberseguridad, que encabezó la lista de los puestos emergentes más demandados en 2016 elaborada por Infojobs y recogida en su informe anual de 2017. Las 106 vacantes publicadas en 2009 pasaron a ser 1.270 en 2016, con una competencia de 20 inscritos por vacante y un salario bruto medio de 32k anuales. Según la empresa IDG, se calcula que en 2019 habrá una demanda de expertos de ciberseguridad de 6 millones de personas.

La transformación digital va de la mano de la nueva relación entre cliente y marca, a través de las redes sociales, aplicaciones móviles y el comercio electrónico. Ahora el consumidor puede aparecer en cualquier parte y desde cualquier canal y lugar. Por eso las empresas necesitan ganar agilidad en la interacción con sus clientes y generarles una experiencia óptima. Los profesionales de estos nuevos campos, agile coach, desarrolladores que usan scrum (para maximizar el retorno de la inversión) o diseñadores e investigadores de UX (experiencia de usuario, en inglés) han visto multiplicada su demanda por 20 en los últimos 7 años, según Infojobs, y sus salarios medios alcanzan los 38k anuales.

El programador de aplicaciones móviles o desarrollador de big data siguen siendo apuestas sólidas para aumentar la fuente de ingresos de las compañías. Con respecto al empleo, el nivel de competencia para los creadores de apps se redujo en 2016 pasando de 7 a 5 inscritos por vacante. En cuanto al big data, Infojobs recoge en su último informe anual que "la proliferación de móviles, sensores inalámbricos o cámaras ha ampliado de manera significativa la información que las empresas e instituciones guardan sobre consumidores, clientes o pacientes. Estos elevados volúmenes de datos, que se almacenan y transmiten por las redes de comunicación, también se clasifican por una gran variedad de tipos y fuentes.

A nivel individual tienen poco sentido, pero analizados, agrupados y procesados pueden generar un gran valor añadido. Son el auténtico oro negro del siglo XXI". Empleos que llegan... ¿y otros que se van? Todos estos nuevos perfiles son tan nuevos que no hay suficientes profesionales para cubrir la demanda del mercado laboral. Este déficit de talento lo han identificado tanto desde Randstad como desde la empresa de captación TalentHakers. "La tecnología avanza más rápido que el tiempo disponible para formarse, además los universitarios que terminan sus estudios no son suficientes para cubrir la demanda. Hay una brecha enorme", apunta Cristina Villanova,

Head of innovation de TalentHackers, que coincide con Berrocal: "El mayor reto al que nos enfrentamos en España es que no hay suficientes personas matriculadas en las carreras relacionadas con ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas (el famoso acrónimo en inglés STEM) para afrontar la demanda laboral que se vaticina, que para 2020 habrá crecido un 14% y con los estudiantes actuales se cubrirá apenas la mitad".

La preocupación de las empresas es "tremenda" porque están viendo que no son capaces de dar con las personas adecuadas para llevar a cabo la transformación digital", agrega. En el otro lado de la moneda se encuentran trabajos como "los teleoperadores, muy susceptibles de ser sustituidos por asistentes virtuales" o "puestos muy burocráticos donde el trabajo sea un flujo de papeleo, como todo lo relacionado con registros va a entrar en una automatización de proceso y gracias a la irrupción del blockchain mucho más", comentan desde Randstad.

Berrocal cree que los perfiles "que sean muy administrativos y muy automáticos son los que se van a ver más amenazados". Y añade otro ejemplo, el mozo de almacén. "Creo que cuanto más robotizado esté todo mucho menos personal hará falta. En Japón hay fábricas donde solo trabaja el supervisor de los robots, pero detrás de eso hay un equipo de desarrolladores e ingenieros mecánicos. El operario ya no está porque se han generado otro tipo de profesiones". Sin embargo, los expertos prefieren hablar de transformación del empleo antes que de destrucción de perfiles. "No soy nada pesimista. Claro que la industria ha sustituido a los artesanos o la segadora sustituyó a los segadores del campo, pero esto fue en realidad un avance porque la jornada laboral pasó de ser de 16 horas a ocho. No se sustituye a las personas sino que el trabajo evoluciona.
Por ejemplo, en posiciones de RR HH, que no eran perfiles muy tecnológicos, ahora cada vez más van a tener que conocer herramientas para analizar en tiempo real datos de manera masiva, de la misma forma que en los años 90 la ofimática dejó de ser una valor añadido en el currículum a un básico. Al final es una revolución digital y como en todas, las posiciones se van a transformar y todos inevitablemente nos vamos a digitalizar. Lo que haremos será convertir las industrias en modelos mucho más eficientes y con menos esfuerzo humano seremos capaces de sacar mayor rédito", explica el director de Randstad Technologies. O

tros profesionales que, si se reenfocan, están demandando las empresas son por ejemplo los filólogos y filósofos, a quienes las empresas están dotando de conocimientos tecnológicos y así sean capaces de "enseñar a la máquina a traducir y entender lo que dice el ser humano para proponerle una solución", apunta Berrocal. El CEO de Mesbook, una de las empresas pioneras en industria 4.0 en España, Diego Sáez, se muestra convencido de que el número de trabajadores en las fábricas descencderá tras la revolución digital y que habrá quienes se queden sin trabajo porque hayan mostrado resistencia al cambio —"que es el camino, no hay otra opción"— y quienes necesiten más trabajadores porque su producción haya aumentado. La clave es comprender que la "digitalización es una herramienta para fabricar más, mejor y más barato y no el fin", concluye.

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