Todo es malo menos la ludopatía

José Luis por fin encontró trabajo con cincuenta y muchos años, su mujer, Marta, tenía una doble sensación la de la alegría y el miedo, después de varios golpes, cuanto menos extraños, de mala suerte por fin su marido había encontrado trabajo de nuevo, era una alegría para todos, para ella, para sus tres hijos ya adultos e incluso para sus pequeños nietos. Al día siguiente de ser contratado saludó a su nuevo jefe, mucho más joven que el, con gran alegría, como si fuera un veinteañero en su primer trabajo. Se trataba de vender productos de alimentación, a una cartera de clientes que ya tenía la empresa e ir incrementando las ventas poco a poco.

No sólo mantuvo a los clientes y las ventas si no que las incrementó, su jefe estaba muy contento con el aunque de vez en cuando, dentro de la amabilidad de José Luis y de su saber estar, surgían ciertos rasgos que a su jefe le parecían un poco extraños, pero todo daba igual el trabajo salía y era lo que importaba.

Una de las funciones de José Luis, además de vender,era cobrar a esos clientes en efectivo, gente principalmente de pueblo a los que les gustaba poco trabajar con bancos y preferían pagar sus facturas en mano.

Fue ahí cuando al cabo de unas semanas empezaron a pasar cosas raras, al día siguiente de visitar a clientes cuando tenía que llevar el importe de todos los cobros a la oficina de la empresa siempre pasaba algo, clientes que pagaban religiosamente empezaban a no pagar nunca cuando debían, había muchas mañanas en las que a José Luis se le olvidaba misteriosamente el dinero en casa y le decía a su jefe que se lo traería al día siguiente.

Su jefe cada vez más extrañado decidió un día llamar a la mujer de José Luis para informarse de su extraño comportamiento, la mujer entre lágrimas le confesó al jefe de José Luis la verdad. "José Luis es ludópata, se juega el dinero de tus cobros en las máquinas tragaperras y yo tengo que cubrir ese dinero todas las mañanas para que tú no enteres, pero ya no puedo más, no tengo más dinero", le dijo a su jefe.

Por aquel entonces todos los acontecimientos se precipitaron a toda velocidad, el jefe de José Luis, asustado, miró todo el dinero que José Luis se habría podido jugar en las máquinas tragaperras y ascendía a una cantidad desorbitada. La mujer y los hijos, que ya no podían más, decidieron echar a José Luis de casa porque iba a acabar con todos los ingresos familiares y sobre todo con la moral de su familia por los suelos.

Cuando a la mañana siguiente su jefe se puso desesperado a buscar a José Luis encontró su coche en una calle por la que José Luis solía ir con todas sus pertenencias dentro, ropa, libros, sábanas y mantas para dormir, llevaba ya varios días durmiendo en el coche, pero José Luis no aparecía por allí.

Ese mismo día y al cabo de unas horas el jefe de José Luis recibió una sorprendente llamada, le llamaban de un hospital de la ciudad, José Luis se había intentado suicidar y el único teléfono de contacto que se atrevió a dar fue el de su jefe Javier para que le volviera a ayudar una vez más.

Esta historia es real, José Luis fue un empleado mío, su jefe, Javier, era yo, José Luis destrozó su familia, destrozó mi empresa y a punto estuvo de destrozarme a mi moralmente. Cuando vi ese coche viejo y sucio en el que dormía  pensé que por muy mal que me fuera en la vida nunca llegaría al extremo al que llegó el, a mi me hizo mucho daño al principio pero me sirvió de mucho para el desarrollo de mi vida posterior.

Todo esto me ha vuelto a venir a la cabeza tras escuchar la noticias recientes en las que el ministro Montoro plantea una desgravación en la declaración de la Renta por perdidas en el juego, no sé hasta que punto será verdad esa noticia, ni siquiera se como se transformaría esa idea en la realidad, me da igual, me parece una aberración que siquiera se plantee eso, cuando además ha quitado las desgravaciones que había para la vivienda. 

El caso mas cercano y que más me ha afectado en la vida de ludopatía ha sido el de José Luis, no sé que será de el, si estará vivo o muerto, pero si sigues vivo y si al final las pérdidas en juego desgravan y me lees, saca todas las facturas José Luis, la declaración te va a salir a devolver, y a mi también.