Cataluña es España mientras los españoles queramos
Llevamos los españoles ya mucho tiempo aguantando las continuas provocaciones de los nacionalismos excluyentes, tanto de los nacionalistas vascos como de los nacionalistas catalanes. Asistimos, prácticamente impasibles, como si de un partido de tenis se tratara, al peloteo entre el gobierno central y el gobierno autonómico de turno como meros espectadores, cuando en realidad somos los principales protagonistas.
Esto ha sido así toda la vida, pero estando en una época de crisis, como la que estamos, las provocaciones y los desafíos están llegando a un punto que, a mi modo de ver, es prácticamente inadmisible.
Voy a centrarme en el tema catalán puesto que el asunto vasco está ahora como adormecido, aunque a la espera de acontecimientos para empezar a dar ellos sus zarpazos.
Hay una especie de adoctrinamiento del nacionalismo a sus seguidores en el que la base de todo es el victimismo. El Estado español siempre les ha maltratado, ellos han dado siempre más a España de lo que reciben, su lengua está maltratada por el resto del estado...etc.
Es curioso que hablen de maltrato cuando desde la época de la Dictadura de Franco todas las infraestructuras, grandes inversiones del Estado y ayudas públicas se han desviado hacia esas zonas de España debido a sus continuas quejas. Los que vivimos en "provincias", en mi caso Castilla y León, notamos claramente las diferencias entre nuestras ciudades, nuestras carreteras, nuestros pueblos y los de Cataluña. Nunca hemos protestado por ello, nunca hemos abierto la boca, pero es indignante encontrarse con que, además de no protestar y no recibir nada, las protestas vengan precisamente de ellos, de quien más han recibido.
Les hemos ayudado a conseguir unas Olimpiadas para su ciudad y para toda España y cuando, los que tuvimos la suerte de disfrutar de ellas en directo, llegábamos al aeropuerto de Barcelona nos econtrábamos con un gran cartel en un edificio a la salida del aeropuerto que decía: "Catalonia is not Spain". La verdad es que encontrarte con esto, quedarte con cara de tonto y arrepentirte de haber ido era todo uno para mi. Aún así mis recuerdos de aquellas Olimpiadas son agradables porque después de ver la final de fútbol, en la que ganó España, me encontré a la salida del partido con una Barcelona de fiesta por aquella victoria, me encantó.
Ahora nuestro país se encuentra en una crisis muy profunda, de la cual va a ser muy difícil salir, y Cataluña está en una crisis tan grave que incluso está al borde de la bancarrota, y, en lugar de existir una colaboración más grande para que todos consigamos salir de esto los indecentes nacionalistas catalanes están poniendo continuas zancadillas.
No tienen dinero para mantener los servicios sociales más básicos, pero si tienen para subvencionar el cine catalán, mantener embajadas abiertas en el extranjero, un infinito número de canales autonómicos, subvenciones de lo más variopintas para potenciar el uso del catalán en los paises mas extraños y, aparte de todo eso, no mantener un compromiso de reducción de gastos adquirido hace ya tiempo. No cumplen con la ley, se la saltan a la torera y su única obsesión es adoctrinar niños en las escuelas para que la mecha independentista no se apague nunca.
Si me hubieran preguntado hace un tiempo si querría que Cataluña se separase de España habría contestado que no. Si me lo preguntan hoy ya no sabría que contestar, mis dudas llegan por ese gran número de catalanes que, sin poder decirlo en alto, todavía quieren seguir siendo españoles y a los que no se les puede dejar abandonados a su suerte. Pero una cosa si que tengo clara, si existiera una consulta para decidir sobre Cataluña esa consulta debería ser respondida por todos los españoles, faltaría más.
Y otra cosa también tengo muy clara, mientras las cosas sigan así, y sintiéndolo mucho porque me gusta, Cataluña ha dejado de ser uno de mis destinos de vacaciones de manera prácticamente definitiva.
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