Hay muchas cosas que cambian en la cabeza de una persona cuando se convierte en padre y madre, pero lo principal es el concepto de la vida, la vida propia pasa a un segundo plano y la vida de tus hijos se convierte en primordial. Que sean felices, que nunca les hagan daño, que no sufran por nada...es indefinido, eso ya es para siempre desde el momento que nacen hasta el final. También cambia mucho el sentimiento de ver sufrir a otros niños, aunque no les conozcas de nada y sólo lo veas por televisión.
El 4 de Agosto de 2002 mis hijos Mario y Javier tenían dos años y medio y un año recien cumplido respectivamente, mi hija Marina todavía no había llegado, nació en Abril de 2005.
Pues bien ese día cuando vi las noticias y estaban relatando el terrible asesinato de Silvia en Santa Pola con tan sólo seis años a manos de los asesinos etarras mi cuerpo se estremeció.
¿Cómo es posible que alguien, sea por los motivos que sea, le puede hacer daño a un niño y mucho menos matándole?
Miré a mis hijos tan pequeños e indefensos y trataba de imaginarme cómo podría yo encajar semejante golpe si algún día me pasara algo parecido. La verdad es que entre el dolor que me produjo lo que estaba viendo por televisión e imaginarme verme en la misma situación esa tarde de Agosto fue muy triste para mi.
Admiro a esos padres, admiro a Toñi Santiago, admiro a su marido, dudo mucho que yo fuera capaz de llevar todo lo relacionado con el asesinato de mi hija con la misma entereza que lo han hecho ellos. Se me hace muy difícil imaginar lo que sería encontrarme cara a cara con los asesinos de mi hija y no intentar acabar yo con ellos de la forma más cruel que se me pudiera ocurrir en ese momento.
Pero lo que más admiro de los padres de Silvia es su estoica lucha para que su hija no sea olvidada por nadie. La traición que están cometiendo los políticos españoles con las víctimas del terrorismo etarra es algo que tarde o temprano tienen que pagar sean del partido que sean.
Pero a pesar de la traición política no deben preocuparse, muchos españoles de bien no nos olvidamos e intentaremos ayudarles para que la memoria de su hija sea recordada y respetada siempre.
Silvia, yo si recuerdo que el 4 de Agosto de 2002 fuiste asesinada a manos de unos malnacidos miembros de la banda asesina ETA.
Silvia, no te olvidamos.
Ni olvido, ni perdón.
ResponderEliminarTerrible. Hoy han vuelto a hechar las imagenes del chupinazo de Vitoria. La plaza de la virgen blanca estaba plagada de parcantas a favor de los presos asesinos de ETA. Alguien se ha encargado en borrar la barbarie a fondo, y en convertir a los asesinos en heroes. Vergüenza de pais e instituciones que lo ha consentido.
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