Faisán, la traición se quedará en nada

Todos los grandes escándalos políticos que suceden en nuestro país parecen como una trama teatral con un mismo guión, el argumento y el desenlace suelen ser el mismo. Da igual como se titule el escándalo, Faisán, Gal, atentados del 11 M...todo parece ser regido por un mismo guión.

Cuando nos enteramos todos que en Mayo de 2006 el dueño de un bar llamado Faisán y simpatizante de ETA había recibido un chivatazo para evitar la detención de un dirigente etarra amigo suyo nadie nos lo podíamos creer. No podíamos creer que el gobierno del indecente Zapatero hubiera llegado a esos extremos en su vergonzosa negociación con ETA, en ese, tantas veces cacareado y falso, proceso de paz.

El gobierno rápidamente se desentendió del asunto y no se dignó a dar explicación alguna. De presidente del Gobierno estaba Zapatero y de ministro del interior Rubalcaba, no había explicaciones, había cara de poker en los responsables políticos y de sorpresa fingida. Era una nueva traición a los españoles en general y a las víctimas del terrorismo etarra en particular.

En estos días se ha celebrado el juicio con los típicos chivos expiatorios o cabezas de turco como acusados, éstos han negado cualquier intervención política en el asunto. Yo me pregunto a cambio de qué, alguien se está jugando el acabar en la cárcel por no decir la verdad y, prácticamente, autoinculpándose y negando una y otra vez haber recibido órdenes políticas en este escándalo. Todos sabemos que es imposible que un  simple policía, sea cual sea su rango, es incapaz de tomar este tipo de decisiones sin que medie la orden de un superior, pero éstos niegan esa orden. ¿Por qué?

Mientras tanto los responsables políticos, los verdaderos mandamases por aquel entonces singuen su vida sin que ésta se altere lo más mínimo. Zapatero en el consejo de Estado, en su jubilación de lujo haciendo no se sabe muy bien qué. Rubalcaba como líder de la oposición y del PSOE haciendo el indio por donde puede o por donde le dejan. 

Todos sabemos de antemano el guión de este juicio, todos sabemos el desenlace final. Hay que encontrar un culpable, y se encontrará, hay que encontrar una cabeza de turco. Alguien acabará en prisión pero ese alguien no será el verdadero responsable. Los verdaderos responsables seguirán en la calle viviendo de esos ciudadanos a los que traicionan continuamente.