La rubia de bote.

Ha llegado así como de repente y como quien no quiere la cosa. Si que sabíamos todos que UGT Andalucía tendría que elegir nuevo Secretario General, pero esto ha sido como un visto y no visto. No la conocíamos casi nadie, al menos yo, pero esta mujer se ha empeñado desde el minuto cero en caernos mal a muchos.

"Seguramente me criticarán por ser rubia o por aparentar 35 años"...."el gobierno fascista de Mariano Rajoy". Querida Carmen Castilla, date una oportunidad a ti misma y no vengas haciendo el imbécil desde el principio. Que no diría el progre hispánico si esto lo llega a haber dicho alguna mujer miembro del Partido Popular. La señora Castilla se lo guisa, la señora Castilla se lo come. Quizás sea que ella esté encantada de haberse conocido y que tenga un altísimo concepto de si misma. No lo se, pero ya nos ha demostrado que lo primero que busca un sindicato para nombrar a su secretario general es que sea lo más imbécil posible y lo deje bien claro desde el principio.

Eso si cuando en una entrevista concedida en "su casa", Canal Sur, se le preguntó sobre la capacidad del sindicato para devolver todo el dinero robado a los andaluces, la rubia de bote, vino a decir que en principio si era necesario se devolvería, pero que habría que comprobar si realmente se había robado. Cambian las personas, de un gordo barbudo de secretario general pasamos a una rubia de bote, pero el discurso no cambia. Ya veremos si devolvemos el dinero.

UGT ha querido hacer con Carmen Castilla un experimento similar al que ha realizado el PSOE con Susana Díaz, tal para cual. De momento ya nos están demostrando que las dos tienen el mismo nivel Maribel. Las dos tienen carreras similares, esto es, prácticamente inexistentes y las dos han llegado a puestazos prácticamente de la nada. De las primeras declaraciones que ha hecho la señora Castilla hay que hacerle varios apuntes. El primero es que no se preocupe, no aparenta diez años menos, aparenta la edad que tiene sin más, ese no va a ser un motivo para criticarla. El segundo que, por más que lo intente, no conseguiría vendernos esas mechas rubias como naturales, todos tenemos claro que son de bote. Y el tercero, querida Castilla, es que eres tú la que debes preocuparte y ocuparte de devolver todo lo que tú y tus amigos sindicalistas habéis robado.

¿Capisci?