La saturación de poderes.

Partiré de la base que un español como yo escribiendo de la separación de poderes del Estado es como pedirle a un esquimal que de consejos de como combatir mejor el calor. Un esquimal ha visto tantas veces superar los 35º al termómetro como yo la separación de poderes en España. Nos las prometíamos muy felices cuando después del fallecimiento de Francisco Franco se aprobó la constitución y se comenzó la transición a la nueva democracia, democracia que ya no es tan nueva, ya llevamos muchos años con ella y ya sabemos que no era oro todo lo que relucía, o más bien ya sabemos que no era oro todo lo que relucía con los demócratas españoles.

Vivimos en una auténtica democracia dictatorial en la que el partido vencedor en las urnas dispone de un rodillo absoluto, puede hacer lo que le de la gana y, por lo que ya hemos visto, puede hacer lo que le de la gana y poco bueno. Aquí el partido que gana tiene el poder ejecutivo, el legislativo y el judicial, es decir lo controla todo. Pero es que los partidos de la oposición también meten mano en el poder judicial, pueden decidir el nombramiento de un número determinado de jueces. Esto significa que los jueces, que son nombrados por los políticos, están todos completamente a expensas del poder legislativo.

Esta trama tan poco democrática y, sobre todo, poco edificante, provoca que  en asuntos en que los jueces tienes que decidir algún asunto judicial contra sus "jefes", los políticos, la sentencia la conozcamos todos sin tener necesidad alguna de leernos los autos. Todo esto provoca que en España la igualdad ante la justicia brille por su ausencia. Todo esto quiere decir que la democracia española tal y como está diseñada sea una democracia de cartón piedra. 

No hay ningún partido político del arco parlamentario actual que quiera cambiar esto. Con mayor o menor representación parlamentaria todos los partidos políticos son beneficiados por este sistema. Esto lo que significa es que los políticos campan a sus anchas sin que nada ni nadie sea capaz de pararles. De vez en cuando nos regalan alguna cabeza de turco de tercera, pero los políticos de primera fila nunca pagan por sus responsabilidades judiciales. Siempre hay algún agujero negro por el que escabullirse. 

Los españoles queremos separación de poderes ya, con jueces independientes que impartan justicia de verdad, con jueces cuyos puestos no dependan del capricho de ningún político. Los españoles queremos que esa constitución que se aprobó hace ya unos cuantos años, y tan cacareada por muchos, sea una constitución de verdad y no una constitución que se cumpla hasta que perjudique al partido político de turno. Los españoles queremos separación de poderes y no la saturación de poderes que es lo que realmente tiene la casta política de nuestro país.