¿Por qué lo llaman derrota cuando en realidad es victoria?

La verdad es que estamos en una época de la historia de este país en el que las cosas se hacen al revés de como podría dictar la razón. Las últimas detenciones por parte de la Guardia Civil de miembros de ETA, chapuzas aparte, en lugar de alegrar a la inmensa mayoría de la gente han provocado el efecto contrario, las quejas. Quejas por parte del Gobierno Vasco, notas de protesta por parte del Ayuntamiento de San Sebastián y comentarios por parte de miembros de IU en las redes sociales, a los que ya nos vamos acostumbrando, fuera de tono. La moción de protesta del Ayuntamiento de San Sebastián ha sido secundada por Bildu, como no podría ser de otra forma, y los socialistas vascos. Y en las redes sociales el miembro de Izquierda Unida, Alberto Garzón, ha llamado ultras a los miembros de la AVT.

La casta política española está haciendo una campaña publicitaria fantástica a favor de los terroristas de ETA. La posición de los partidos políticos de izquierda con respecto a este asunto es especialmente vergonzosa puesto que dan más apoyo a quien ha matado que a las víctimas. La izquierda española ya nos tiene acostumbrados a este tipo de cosas y digamos que entra dentro de su normalidad. Me parece especialmente chocante la reacción del Partido Socialista que ha sufrido el terrorismo en sus propias carnes de forma extraordinaria y ahora actúa de la forma que lo hace. Es especialmente grave la tibieza con la que el Partido Popular está tratando el asunto de ETA últimamente, sinceramente no lo esperábamos.

Se nos está queriendo vender por parte de toda la casta política una victoria frente a ETA que es totalmente falsa. Los grupos políticos que representan a la mayoría de españoles, sean del signo que sean, han claudicado ante los terroristas y son los etarras los que ahora tienen ganadas las calles y a la propia prensa. Convocan los actos que quieren ante el silencio de la justicia, dan ruedas de prensa multitudinarias en las que no permiten  ni las preguntas de los periodistas y allí acuden todos como borregos a darles portadas en sus periódicos y horas y más horas de radio y televisión.

Cuando hace años cualquiera de nosotros veía los sangrientos atentados de ETA y pensaba en el día que consiguiéramos entre todos acabar con todos ellos no nos imaginábamos esto. No me puedo creer que ahora el bueno sea el asesino y el malo el que ha perdido a sus familiares. Sinceramente si esta es la derrota del terrrorismo prefiero su derrota a nuestra victoria.