El único problema es que nos hemos enterado.

Nuevo fraude en Andalucía, nuevo delito permitido, amparado y ¿provocado? desde la Junta de Andalucía y ¿cual es el problema?, el problema para la Junta de Andalucía no es que sean un agujero negro de corrupción, el problema es que les han pillado. Aparece en rueda de prensa el consejero de educación, Luciano Alonso, y carga contra el ministerio del interior y la policía por las supuestas filtraciones del nuevo delito cometido. Si, el consejero de educación nos deja claro que a él y a todos sus compañeros de gobierno lo que les molesta es que este delito se haga público, según ellos, antes de tiempo.

El descaro y desfachatez de esa especie de engendro de gobierno autonómico presidido por la diva Susana Díaz no tiene límites. No hay ni un sólo día en que ese gobierno no nos deje algún escándalo que llevarnos a la boca. Cuando no son los ERE, son los ocupas, ahora son los fraudes en los cursos de formación. Y Susana Díaz ¿donde está? ¿Donde está aquella que cuando tomaba posesión del cargo hablaba de acabar con la corrupción y de grandes pactos para evitarla? ¿Donde está la nueva estrella del PSOE? ¿Haciéndose un lifting?

En breve serán las elecciones europeas, la candidata del PSOE, Elena Valenciano, hizo unas declaraciones hace unos días en las que hablaba de exportar el modelo andaluz de gobierno progresista a Europa. Efectivamente socialistas, nunca nos ha quedado más claro a los que despreciamos absolutamente eso que vosotros llamáis progresismo. Valenciano pretende llevar a Europa el paro, la corrupción, la caradura y el delito, que es la auténtica bandera del progresismo hispano, es lo que tiene juntar dos basuras como el socialismo y el comunismo, la una no anula el olor de la otra, simplemente entre las dos huele peor.

Mientras tanto que sigan con su política del ventilador, de esparcir la porquería lo máximo posible para intentar pasar ellos desapercibidos, los auténticos culpables. Mil millones defraudados con los ERE, dos mil con los cursos de formación, a lo que habrá que sumar todo lo que no sepamos, que lo habrá. No soy ni jurista, ni policía, ni psicólogo, pero cuando una persona reacciona como lo ha hecho el consejero de la junta de Andalucía no puedo evitar pensar que eso no es más que una declaración de culpabilidad en toda regla.