Y ahí siguen.

Es curioso lo del comunismo, una ideología con un historial tan oscuro como el que tienen. Cien millones de muertos a sus espaldas, ruina económica en cualquier sitio donde han gobernado, líderes políticos con un historiales de ruina y muerte tras de si tan grande que ni siquiera la Alemania Nazi consiguió superarles. Hablamos de gente como Stalin, hablamos del Che, hablamos de Mao Zedong, hablamos Caucescu, hablamos de Tito, hablamos de muchos más  y hablamos de los líderes actuales gobernando en países como Cuba, Venezuela o Corea del Norte, países con represión, muerte y pobreza. 

Y aquí siguen, sin despeinarse, como si nada hubiera pasado, en el caso de sus herederos españoles con sueldos de escándalo y con casos de corrupción y mentira. Nos hablan de igualdad, de paz, de vida y mientras tanto defienden a los corruptos en los casos que a ellos les afectan como los ERE de Andalucía, o defienden la represión sufrida por el pueblo venezolano a manos del indecente Maduro, o también defienden el aborto importándoles bastante poco el periodo de gestación en el que se encuentre el feto.

Ahí están líderes como Llamazares o Cayo Lara, gente que una vez ocupa el sillón del poder lo convierten en prácticamente vitalicio. Gente que protesta en las calles por algo que les beneficia a ellos y a lo que no renuncian, protestan contra el sistema pero son a los que más les gusta disfrutar de él. Gente para la que un delito es distinto dependiendo de quien lo cometa, ellos pueden protestar como quieran pero los demás no.

Cualquier otra ideología con el historial del comunismo habría sido prácticamente neutralizada y sus líderes detenidos inmediatamente, véase el nazismo. Pero ellos no, ellos se creen con una superioridad moral con respecto al resto, que no es que sólo se la crean ellos, es que ellos mismos han sido capaces de venderse así ante el resto del mundo. Ahora vemos países como Venezuela y Cuba, con la gente muriendo por protestar o por salir de allí, con cartillas de racionamiento y con escasez de todo. Ahora vemos todo eso y los líderes comunistas españoles nos cuentan que ése es su ideal de país. Que se vayan a engañar a otros porque el comunismo arruina y mata, yo no quiero el comunismo ni en pintura.