1937 - El Real Madrid, que tuvo que cambiar su nombre por Madrid C.F., haciendo el saludo militar republicano |
Aparecen como salvadores, como demócratas y como la única opción posible para la salvación del pueblo, aparecen como los nuevos Mesías, ateos, pero Mesías al fin y al cabo. Agitan el descontento de la gente hasta generar odio, ese odio del que ellos, y sólo ellos, sacan provecho. Mientras tanto las mentes débiles, las mentes fáciles, las mentes limitadas, caen como conejos en busca de la salvación que estos iluminados les ofrecen. Son revanchistas, son rencorosos y son, sobre todo, enemigos de todo lo que huela a la España que conocemos y que ellos no consideran suya y no quieren, es más, nadie está seguro a día de hoy que tipo de España es la que quieren. Ni siquiera sabemos si quieren algo para España o simplemente buscan destruirla, que es lo más seguro.
Yo no me considero más listo que nadie, ni mucho menos, pero huelo la demagogia y la mentira a la legua. Y toda esta gente huele a podrido que apesta, huele a odio y a rencor de una forma nauseabunda. Gente como Pablo Iglesias que se autoproclama "la palanca del cambio en España". Gente como Eduardo Madina que dice de si mismo que tiene "el shock de modernidad necesario en España". O el ínclito e indocumentado Cayo Lara "que busca la privatización del Gobierno en las urnas para que no acaben con lo público". Mira que el lenguaje político siempre es arriesgado, siempre es mentiroso, siempre es subido de tono. Pero un lenguaje con esta clase de autobombo sólo me recuerda a personajes fatídicos que han utilizado las mismas frases a lo largo de la historia y que, después, han sido auténticas sabandijas sanguinarias y dictadorzuelos de tres al cuarto.
Estos fulanos no es que sean malos, son peligrosos. Mucho ojo con ellos que no traen nada bueno, y nos lo vienen anunciando. Ahí tenemos la historia para comprobarlo. Distintos perros pero con el mismo collar. Hay que hacerles frente, hay que quitarles las caretas y descubrir a los verdaderos personajes siniestros que se esconden detrás de ellas.
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