Tienen una fea costumbre esta castuza de políticos
nacionalistas y separatistas de delinquir. Las comisiones vuelan, tienen dinero
negro hasta debajo de las alfombras y, cuando se plantea una sospecha, ellos lo
consideran como un ataque no a ellos, si no a su pueblo. Ahora le toca el turno
a ese que fue casi presidente infinito de la Generalidad Catalana, ahora le
toca el turno a Jordi Pujol.
Había
evidencias más que palpables, había sospechas más que fundadas acerca de los
trapos sucios que ocultaban tanto él como sus hijos, ahora las sospechas se han
convertido en evidencias. Es evidente que Jordi Pujol ha cometido varios
delitos, que ahora ha acabado reconociendo, aunque sospecho que sólo han sido
confesados en una mínima parte. Estos nefastos políticos nacionalistas,
nefastos por malos y por delincuentes, utilizan además las acusaciones como un
ataque al pueblo al que dicen representar. Las sospechas eran contra ti Jordi,
nunca han sido contra los catalanes a quien tú representabas, o más bien
robabas.
Hace
unos años Pascual Maragall acusó a Convergencia de ser los reyes del 3%, poco
después él mismo se ocupó de que ese asunto se fuera diluyendo y olvidando. Eso
todavía agranda más las sospechas, las sospechas de que no sólo les gustaba las
comisiones a los chicos de Pujol, parece que a los de Pascual tampoco les
disgustaba.
Ahora
también Arturo Mas ha hecho gala de su descaro y de su respeto por el gran
padrino. Dice Arturo que no va a opinar sobre asuntos privados del señor Pujol.
Ya Arturo, asuntos privados pero con dinero público, asuntos privados de los
que es más que probable que el actual Presidente de la Generalidad haya salido
también beneficiado.
Que no anden los catalanes
buscando fuera a los responsables de sus agujeros económicos, que no miren para
otro lado. Los responsables están bien cerca, es más, ellos les votan cada
cuatro años. Tendrán que cambiar los independentistas esa famosa frase de
“España nos roba” por “La Generalidad nos saquea”.
Ni una palabra cabe añadir, Javier, salvo Enhorabuena.
ResponderEliminarEnhorabuena por hablar claro, aunque en este desierto en que predicamos nadie escucha.
Gracias
Muchas gracias Lima!!
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