Precariedad personal por más estado
Creo que todavía no lo hemos analizado con tranquilidad, creo que se nos debe haber insertado un chip en el cerebro al nacer para que aguantemos esto sin rechistar. Analizando noticias como la que comenté en mi último post acerca del rescate estatal a las Comunidades Autónomas me doy cuenta que el problema no lo tiene la casta política, lo tenemos nosotros. O no nos damos cuenta o nos dan una especie de soma tipo el de "Un mundo feliz" para que traguemos con todo esto. Que soportemos con esta estoicidad pasar penurias personales para mantener a un estado mastodóntico como el que tenemos es algo que si lo pensamos fríamente no hay quien entienda.
No hay que pensarlo demasiado ni darle demasiadas vueltas, es ya sabido por todos que dedicamos más de seis meses al año de nuestro trabajo para mantener al estado. Sacrificamos nuestro bienestar personal y familiar a cambio del bienestar personal y familiar de esos personajes que viven directamente de ese estado. Para que nos cueste menos digerir la mentira lo llaman "estado de bienestar" y así parece más fácil de asimilar. Pero, ¿exactamente del bienestar de quien? Pensándolo fríamente yo nunca le daría a una persona desconocida 10 euros de mi bolsillo para que después me devolviera 1 o 2 para mi supuesto bienestar. Para mi bienestar yo me quedaría con mis 10 euros y decidiría yo personalmente en qué invertirlos.
Abramos nuestras cabezas, ahora mismo quien dispone de nuestros ingresos no somos nosotros, es el estado y él decide en que gastarse el dinero. Vivimos a merced de ese supuesto estado del bienestar que es quien decide por nosotros. Por mucho que protestemos a esa gran vaca la estamos engordando nosotros mismos y es definitivo, ya no tiene remedio. Y esa es la jugosa herencia que dejaremos a nuestros hijos, la falta de libertad personal y la falta de libertad económica.
Lo curioso del caso es que ahora los partidos políticos que más están progresando, tipo Podemos, buscan más estado todavía. Los partidos políticos de izquierda nos venden que todas las bondades vienen del estado y eso no es cierto. Es precisamente el estado el mayor culpable de que nos encontremos en la situación en la que nos encontramos. Nosotros, sorprendentemente, estamos aportando aún más a ese mastodonte que nos ha metido en este atolladero para que nos saque de él. Si lo piensas fríamente es de tontos, pero de tontos de remate, y ahí seguimos, como tontos.
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